En el curso de la vida en mis tiempos de ‘maestro de banquillo’ en la Escuela Militarizada Cristóbal Colón, hubo oportunidad del encuentro con Mayela Alemán Olvera, quien fuera mi alumna y Marco Antonio Adame Castillo, compañero maestro… Por ahí transitaban luego de su matrimonio sus hijos con quienes hubo buena identificación… Eran los grandes tiempos de la Escuela Militarizada Cristóbal Colón con su espacio de Preescolar, Primaria, Secundaria, Preparatoria y otros niveles de enseñanza, bajo la égida de uno de los grandes educadores de Morelos que lo fue el siempre bien recordado don Armando Vargas Caraza, ¡El Padre Armando…! El destino nos llevó por distintos senderos que nos cambiaron la vida… ¡A temprana edad el Padre Armando partió al viaje sin retorno…! Mayela y Marco Antonio incursionaron en los senderos del quehacer público y la política, lo cual llevó a la silla gubernamental de Morelos a Marco Antonio acompañado en esas responsabilidades por su esposa Mayela… Padres de siete hijos, los Adame Alemán se significaron como familia… Entre sus vástagos recordamos por sus desempeños públicos y ánimos de comunicador a Juan Pablo Adame Alemán, quien cumplió labores oficiales en los espacios estatales y en el ámbito federal… A temprana edad el destino puso a prueba el carácter de Juan Pablo, particularmente por el mal que lo agobió, mismo que enfrentó con dignidad y lo llevó al final de su tiempo… En las postrimerías de sus días Juan Pablo escribió su Carta que podemos adjetivar como Póstuma, cuyo contenido de invaluables reflexiones y mensajes nos queda con sus enseñanzas a sus lectores… He aquí su misiva, documento titulado “Un vaso de agua fría”… “Ver el vaso lleno, tomarlo y pasarlo por tu boca, sentir cómo se activan tus papilas de inicio a fin, que el agua pase por tu garganta y dejar de tener sed; es una sensación única, un placer tan grande… Llevo más de un mes sin poder gozar de ese vaso de agua fría; mi cuerpo se ha ido deteriorando y por la enfermedad he perdido gustos tan simples y tan básicos como el tomar un buen vaso de agua fría… Gracias a estos momentos hoy valoro lo simple y lo cotidiano como algo extraordinario y te invito a hacer lo mismo, a que no des por sentadas las cosas que haces cada día; te invito a que encuentres en cada acción lo maravilloso que es la vida y el regalo que significa disfrutar todos los pequeños detalles… Hoy entro a una nueva etapa de mi vida… Mis oncólogos han sido muy generosos conmigo, han puesto lo mejor de sí para curarme hasta este momento, pero el cáncer no dio tregua; toca entrar a cuidados paliativos; decidimos tomarlos desde casa, ese espacio de amor y seguridad que hemos construido Eli y yo, durante nuestro matrimonio… Sé que me acompañarán con sus oraciones, pensamientos y con todo el amor que me han dado hasta el día de hoy a mí, a Eli, a María, a Rodrigo ya Inés… Estoy muy en paz, con la tranquilidad y seguridad que Dios está conmigo, que no estoy solo; sigo disfrutando la vida como un regalo diario… Hoy sólo asumo esta nueva situación de mi vida, con la seguridad de que el cielo me espera; pero no seré yo ni las expectativas de vida que me han dado los doctores los que tienen la última palabra… Dios sabrá el día y la hora, mientras tanto a vivir… Disfruten de un buen vaso de agua fría por mí… Con amor, Juan Pablo Adame Alemán”… Hasta aquí la Carta de despedida de Juan Pablo, a quien por ahora solamente le decimos: Hasta pronto… Para Mayela, su mamá; a su señor padre, Marco Antonio; para Eli su esposa, sus hijos María, Rodrigo e Inés y sus hermanos, vaya nuestro abrazo solidario, con la oración elevada al Señor por el descanso eterno de Juan Pablo Adame Alemán! ¡Hasta mañana que será un día más!
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