Expresiones como “esta empanada no tiene abuela…”, despiertan los postres de don Carlos Gustavo Serrano Osornio, quien junto con su hijo Eduardo, es propietario y atiende el local “Lolas”, en el Valle Sagrado de Tepoztlán.
Se autoempleó, al jubilarse luego de una trayectoria en el ámbito de la comunicación; primero en Ciudad de México, donde empezó el negocio de las empanadas y pays, junto con su hijo chef, y luego hizo la mudanza para asentarse en Morelos.
Ellos iniciaron el negocio de venta de panques, hace unos 14 años; la matriz se ubica en Tepoztlán y hace unos meses abrieron la primera sucursal en Cuernavaca, en el circuito Adolfo López Mateos, cerca de la glorieta de “Los Caballitos”.
“Iniciamos este negocio de repostería en la CDMX, lo hice después de jubilarme, en el 2006, porque pienso que el autoempleo es algo hermoso que uno mismo puede hacer, porque es bueno ser tu propio jefe, puedes crear y arriesgarte; este paso lo di junto con mi hijo Eduardo, quien es chef, y en nuestras primeras ventas, allá en la CDMX, vendimos 80 panques, lo difícil fue prepararlos en una estufa convencional, pero el resultado fue genial”, comenta don Carlos.
Relató que cuando se jubiló, no lo pensó dos veces; “cuando uno tiene Fe en lo que hace, pueden salir las cosas grandiosas y a nosotros nos ha ido bien, vendemos panques de plátano, naranja, zanahoria y elote; pay de queso, queso con zarzamora, piña; empanadas dulces, arroz con leche, de manzana, piña y filadelfia, o saladas de picadillo, mole con pollo y tinga de pollo…”
Su jornada de trabajo empieza a las seis de la mañana y cierran a las seis de la tarde, de lunes a sábado.
“Aquí en ‘Lolas’, atendemos a cargadores, estibadores y comerciantes; algunos comen una empanada o panque, pero hay otros que se comen hasta seis, porque nuestros precios son muy económicos y a todos los que vienen a comprarnos, les regalamos un rico café”, relata.
Una de las anécdotas que más le gusta es: “Algo bonito que me pasó en el negocio, fue una ocasión en que una señora, que venía con su hija, me pidió una empanada y al probarla se volteó a ver a su hija y le dijo: Esta empanada no tiene abuela, está riquísima.
Me gustó oír eso y le regalé las empanadas”, ríe don Carlos Gustavo.
Es divorciado, trabajó en las empresas Bacardi, Orbitel, Multivisión, entre otras y al jubilarse se asentó en el Barrio de San José, Tepoztlán.
“Aquí es muy bonito, fuera de los cohetes que avientan mucho, mi local se llama Lolas, porque mi perrita se llama Lola, tengo perritos de varias razas y todos ellos son parte de nuestra familia y los queremos muchísimo en total tenemos diez perros”, cuenta don Carlos.
Iniciamos este negocio de repostería en la CDMX, lo hice después de jubilarme, en el 2006, porque pienso que el autoempleo es algo hermoso que uno mismo puede hacer, porque es bueno ser tu propio jefe.” Carlos Gustavo, emprendedor
Carlos disfruta autoempleo en retiro
Patrón. El orgullo de Carlos Gustavo, es que toma sus propias decisiones.
Por: LUIS FLORES / luis.flores@diariodemorelos.com
