Enlacemos dos temas sin aparente conexión pero con el denominador común de espacios geográficos de Morelos. El primero, a causa de un par de incendios que marcaron la memoria histórica de los tepoztecos, en marzo de 2014 y abril de 2016, y el segundo por la violencia derivada de la actividad delictiva que la comunidad de Yautepec ha vivido en diferentes épocas desde el siglo antepasado.

Tepoztlán. En los primeros días de marzo de 2014, poco después de las ocho de la noche el Gobierno del Estado informó del deceso de Miguel Ángel David Rodríguez Bello, regidor de Protección Civil y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Tepoztlán.  Alrededor de las 13:40 horas, las autoridades conocieron de un incendio forestal en la cañada del paraje Paso del Aire. De inmediato, unos veinte brigadistas de la Comisión Nacional Forestal y treinta 30 voluntarios, entre ellos Miguel David, así como personal de Protección Civil Municipal acudieron a sofocar el incendio. En forma sorpresiva el fuego alcanzó a cuatro de los voluntarios, al regidor, quien murió en el lugar, al igual que Rafael Cortés Jiménez en tanto que dos brigadistas más resultaron heridos. Los sobrevivientes fueron trasladados en helicóptero a Cuernavaca para ser atendidos en el hospital general José G. Parres. Autoridades estatales sostuvieron que el incendio fue provocado y dos lugareños fueron detenidos por este hecho para ser investigadas. El Comité Estatal de Incendios Forestales señaló que se fincarían responsabilidades a los presuntos involucrados, mientras que habitantes de Tepoztlán se reunieron para fijar una postura sobre el acontecimiento. Aquella vez el incendio llegó a escasos dos kilómetros o menos de la zona urbana de Tepoztlán, el humo intoxicó a decenas de personas y se extendió hasta los linderos de los municipios de Jiutepec y Yautepec. Las escenas de aquella conflagración recordaron las imágenes de abril de 2016, del incendio de cuatro días que empezó un martes y fue controlado hasta el viernes. En ese incendio, con la cobertura mediática nacional a todo vapor fueron necesarios seis helicópteros-cisterna de la Ciudad de México, del estado de México, de la Armada y el Ejército para arrojar agua y polvo extinguidor. Sólo así llegaron los chorros del líquido aniquilador a las peñas, cañadas y brechas de la intrincada sierra tepozteca para evitar una mayor propagación. Intervinieron 300 brigadistas de esas instancias, voluntarios de Tepoztlán y de municipios aledaños, además de los bomberos del mismo pueblo y del vecino Yautepec. De acuerdo a la versión oficial, la mayor parte de las 250 hectáreas quemadas fueron de arbustos y follaje. Especies de árboles como oyameles, pinos y ocotes no fueron afectados en forma severa, pero el daño fue enorme. Hoy habrá que estar nuevamente atentos. La temporada de calor apenas inicia y se pronostican temperaturas por encima de los 38 grados. 

Yautepec. Del bandolerismo del siglo XIX a la delincuencia organizada de las postrimerías del XX y la psicopatía criminal de la primera década y media del XXI, Morelos ha sido tierra intermitente de conflictos, entre ellos el levantamiento en armas de los pueblos para recuperar sus tierras arrebatas por las haciendas con su innegable propósito social, agrícola y económico que no deja de ser una huella de sangre para la identidad histórica morelense.

Las secuelas de la “guerra contra el narco” de Felipe Calderón, y las batallas entre cárteles por las “plazas” de Morelos introdujeron a esta entidad –igual que a muchos otros estados del país– en lo que se podría llamar el “terrorismo psicópata” del enfrentamiento de grupos criminales en “su” lucha por controlar plazas y auto gobiernos en centros de reclusión. Y así hasta hoy… (Me leen después).

Por: José Manuel Pérez Durán

jmperezduran@hotmail.com 

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp