La boda civil de la joven Sofía, hija de la ex primera dama Angélica Rivera, con Pablo Bernot, miembro de la familia propietaria del hotel y restaurante “Mañanitas”, trajeron al recuerdo de cuernavacenses los personajes mundialmente famosos que disfrutaron en el icónico restaurante ubicado en la calle Ricardo Linares, como María Félix, Brigitte Bardot, Omar Shariff y muchos más. Publicada en el Atril del 3 de septiembre de 2013, la siguiente es una historia que llegó al conocimiento de ciertas personas de Cuernavaca:

La casa de la calle Ricardo Linares, que albergaría uno de los restaurantes más famosos de México, era del padre del señor Robert (“Bob”) Krause, a quien a fines de los cincuenta se le ocurrió servir desayunos a turistas provenientes de la Ciudad de México que pasaban rumbo a Taxco. Llegaban en las vagonetas marca De Soto, popularmente conocidas como “Galgos”, cuya terminal estaba en la avenida Galeana, atrás del Palacio de Gobierno. Largo el viaje, para cuando por fin llegaban a Cuernavaca las tripas les gruñían de hambre, así que el papá de Bob comenzó a servirles desayunos, después comidas y más tarde cenas. Se dice que el nombre de “Mañanitas” lo ideó por las buenas mañanas que ahí disfrutaban los paseantes.

Arrancaban los sesenta y “Mañanitas” ya era un restaurant con toda la barba. A la muerte de su padre, Bob se hizo cargo del negocio. Estaba casado con Margot (fallecería en septiembre de 2003) y a poco tenía listo un proyecto inmobiliario para Puerto Vallarta, incluso con acciones vendidas. Vallarta estaba de moda, reciente la filmación en sus escenarios paradisíacos de la película “La noche de la iguana” protagonizada por Richard Burton, y célebre el romance del propio actor galés con Elizabeth Taylor. Infortunadamente, a Bob le diagnosticaron cáncer, por lo cual desistió del proyecto del puerto jalisciense y al día siguiente se reunió con sus socios de Cuernavaca para reembolsarles las sumas que ya habían aportado.

Primero Salvador Castañeda y luego Rubén Cerda, ambos trabajaron con Bob en “Mañanitas”. Eran los tiempos de clientes famosos, entre muchos otros, la diva del cine mexicano María Félix o la francesa desparpajada Brigitte Bardot, que vino a México para estelarizar el filme “Viva María” luego de que ya había escandalizado al mundo con su desnudo en “Y Dios creó a la mujer”. También Paul Newman, quien protagonizó una película (¿o más de una?) en Tepoztlán, y Omar Shariff, el galán de “Doctor Zhivago” que solía hospedarse en “Mañanitas” y de quien un

mesero de aquella época contó al columnista que lo sorprendió extendiéndole una propina la mar de generosa. O el escritor Alfonso Reyes, que decía que dos razones poderosas lo empujaban a Cuernavaca: comer o cenar en Mañanitas y ver pasar desde el café “La Universal” a cierta señora que tenía fama de ser la dama más atractiva de Cuernavaca. Muerto Bob y fuera Cerda del hotel-restaurant que alojó a tantos famosos de nivel mundial, “Mañanitas” no volvió a ser lo que había sido. Los cambios, no siempre para bien, de costumbres, lugares y modas, así como el surgimiento de nuevos restaurantes y hoteles, pero sobre todo la inseguridad de las últimas décadas, lo pusieron en el tobogán. Pese a todo, reconocidos hasta hoy sus meseros por la atención esmerada que les es proverbial, “Mañanitas” continúa siendo el restaurante más emblemático de Cuernavaca… (Me leen mañana).

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