En tanto que la pandemia del Coronavirus es tema que ocupa a casi todos los gobernantes de este País, desde el Presidente de la República, los gobernadores, y hasta los ediles, los asesinatos y otras enfermedades que abaten a la sociedad, pareciera que no existen, pero en realidad cobran muchas más vidas a diario que el COVID-19... Basta ver informaciones de la Nota Roja para darnos cuenta que todos los días en el País y nuestro Estado, la inseguridad se mantiene creciente y junto con ella los asesinatos por balaceados, destazados y tirados por carreteras, campos, caminos, arroyos, barrancas y ríos, más los hallados semi enterrados... Esa cantidad de muertos es mucho mayor que los del Coronavirus... Por los sentenciados, no por la pandemia o los sicarios sino, “a la buena de Dios “ y su buena o mala suerte según les vaya, por la enfermedad mortal que padezcan, en estos días el COVID-19 es el mal que gana la atención médica en hospitales y clínicas, en tanto que los otros enfermos tienen que aguantar, rascarse con sus propias uñas y buscar alivio en la medicina privada o donde puedan, entre consultorios, clínicas, hospitales y curanderos, con la esperanza de hallar alivio a su mal… Por ahora los advertimientos frente a una intervención quirúrgica, si económicamente está a su alcance que bueno pero en caso de no tener con qué, sólo les queda esperar la muerte como consecuencia de que la Medicina Social se encuentra saturada y ordenada de sólo dar atención a los de la pandemia... Que coste, son decenas de miles los enfermos abandonados a su suerte junto con los de 60 años o más, en los espacios de la Medicina Social del IMSS, ISSSTE, hospitales y clínicas del Gobierno… Por ello los que padezcan diabetes, hepatitis, cáncer, enfermedades neurológicas, gastrointestinales, cardiovasculares, palúdicas, venéreas u otras, están considerados entre los que perderán la vida... También la orden dada a directivos de hospitales de la medicina social es no atender a los mayores de 60 años que sufran cualesquiera de esos males, por lo cual insistimos, su último refugio son espacios de la medicina privada si tienen con qué... En todos estos lugares para su atención por la pandemia y las otras, los adultos mayores como apestados quedaron marginados… Y que conste, los casi héroes que se la juegan a cada instante por atender pacientes con Coronavirus, tanto en la Medicina Social como en la Privada, son los médicos, enfermeras y trabajadores, ellas y ellos, quienes prestan su servicio con su poco o mucho saber, para dar esperanza por su diagnóstico y pronóstico, bajo los términos de delicado, grave o desahuciado, según sean las condiciones de quienes llegan para su atención médico-clínico-hospitalaria... Tales son las circunstancias nada fáciles, por las órdenes del más alto nivel gubernamental nacional que así están dadas… Algunos militares han sido asignados a determinados nosocomios para que esas órdenes se cumplan... Por ello y más, los enfermos de otros males tendrán que esperar si es que aguantan, para que luego de la contingencia puedan volver con su “carnet” para ser atendidos y salir si aún tienen derecho a los médicos y por los medicamentos necesarios en los espacios de la medicina social o en las farmacias, luego de las compras de pánico que se han hecho y seguirán, junto con la falta de producción, abasto y comercio de ellos, pues por ahora eso está bajo control o descontrol del Gobierno Federal... ¡Qué triste verdad nos embate! ¡Hasta mañana que será un día más..!

 

Pablo Rubén Villalobos

pablorubenvillalobosh@hotmail.com

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