Mujeres mexicanas que utilizan aplicaciones para controlar su ciclo menstrual podrían estar exponiendo información altamente sensible sin saberlo. Un estudio del Minderoo Centre for Technology and Democracy de la Universidad de Cambridge revela que estas apps recolectan datos íntimos —como hábitos sexuales, uso de anticonceptivos, estados hormonales, dieta, ejercicio, sueño y estado de ánimo— y los comercializan a terceros, sin un consentimiento claro por parte de las usuarias. Estas aplicaciones convierten esta información en una verdadera “mina de oro” para la publicidad personalizada, especialmente en etapas como el embarazo, donde su valor puede multiplicarse hasta 200 veces en comparación con datos demográficos básicos.
Las aplicaciones más populares mencionadas en el informe incluyen Flo, Clue, Stardust, Period Tracker y Period Calendar. Según análisis previos, Flo compartió datos sobre menstruación y embarazo con terceros como Facebook, Google y AppsFlyer, sin consentimiento explícito; ello provocó una multa de la FTC en EE. UU. en 2021. Clue, con sede en Alemania, fue destacada por ofrecer mayor control y cumplir con GDPR, pero aún enfrenta dudas sobre cómo respondería a solicitudes de datos por autoridades extranjeras. Stardust, aunque más nueva, también recibió atención por compartir datos con terceros; igualmente sus políticas advierten posibles cesiones ante requerimientos legales.
Aunque prometen ofrecer predicciones avanzadas sobre menstruación, ovulación y fertilidad, el informe señala que gran parte de la información adicional solicitada no se utiliza para mejorar la precisión de las funciones, sino para alimentar modelos de comercialización de datos.
En México, donde se han eliminado los impuestos sobre productos de higiene menstrual y se impulsa una legislación progresista en salud reproductiva, este fenómeno representa una nueva forma de vulnerabilidad femenina. Si bien existen avances legales enfocados en dignificar la menstruación, todavía no hay regulación explícita sobre el uso y venta de los datos recopilados por estas aplicaciones.
El estudio advierte que el uso indebido de estos datos puede conllevar riesgos como discriminación laboral, rechazos por parte de aseguradoras, vigilancia en espacios de trabajo, acoso digital e incluso limitaciones en el acceso al aborto en estados con leyes restrictivas.
Las investigaciones técnicas realizadas han detectado fallas de seguridad significativas en muchas de estas apps: permisos excesivos, rastreadores de terceros y discrepancias entre su política de privacidad y las prácticas reales. Aproximadamente el 61 % de estas apps presentan vulnerabilidades dentro del top 10 global del ranking OWASP.
Expertas como la doctora Stefanie Felsberger, autora principal del informe, advierten que estas plataformas se presentan como herramientas de empoderamiento, pero su modelo de negocio se articula en torno a la monetización de datos reproductivos.
El reporte también insta a que organismos de salud pública en México desarrollen aplicaciones confiables y transparentes, con estándares médicos, opciones claras de consentimiento y sin integrarse a modelos comerciales predatorios.
Lo que inicia como una herramienta para la salud íntima se convierte en un comercio global de datos con graves implicaciones para la privacidad de las mujeres. En México, donde se han logrado avances legales en torno a la menstruación digna, aún falta un marco normativo sólido que regule el uso responsable y transparente de la información que confiamos a estas plataformas digitales.
