Los perros abandonados en comunidades cercanas a Áreas Naturales Protegidas (ANP) representan un grave riesgo para los ecosistemas y para especies de felinos pequeños que habitan en estas zonas, como el margay, el ocelote, el lince y el jaguarundi, alertó el Grupo de Trabajo para el Ocelote.
Mariam Weston, coordinadora del grupo, explicó que la presencia de perros dentro de las ANP amenaza a la fauna silvestre al transmitir enfermedades, competir por las presas de estos carnívoros o actuar como depredadores de la vida silvestre. “El problema no son los perros, sino las acciones humanas que los llevaron hasta allí”, señaló. La coordinadora enfatizó la responsabilidad de la sociedad para tomar conciencia y aplicar medidas que aborden esta problemática.
El Grupo de Trabajo para el Ocelote desarrolla diversas estrategias en Morelos para conservar a estas especies. Entre sus acciones destacan el monitoreo constante con cámaras trampa, que permiten evaluar la situación en las reservas, y estudios de sangre para identificar enfermedades que los perros puedan transmitir a la fauna. También promueven la educación ambiental, especialmente en primarias de comunidades como Tepetzingo y Tetecalita, y organizan campañas de esterilización y vacunación en la zona de amortiguamiento de las reservas, con el objetivo de reducir la presencia de perros en estas áreas.
En Morelos, el grupo centra sus esfuerzos en la reserva de Montenegro y al norte del estado, en la zona forestal colindante con Ahuatepec. Además, buscan establecer vínculos para iniciar trabajos de conservación en la Sierra de Huautla.
Mariam Weston exhortó a la población a adoptar medidas de tenencia responsable de mascotas, como vacunarlas, esterilizarlas y mantenerlas dentro de los hogares.
Finalmente, invitó a la ciudadanía a conocer y valorar la biodiversidad de Morelos como una forma de contribuir a su conservación. “Nuestro estado alberga especies emblemáticas como margays, linces, ocelotes, pumas y jaguarundis. ”, concluyó.