CUERNAVACA, MORELOS.- En el mundo existen más de 20 mil especies de abejas cuya función principal es la polinización, tarea vital para la seguridad alimentaria de la humanidad. Sin embargo, enfrentan diversas amenazas como el cambio climático, uso indiscriminado de agroquímicos, así como los monocultivos que limitan su nutrición, alertó el profesor de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, Ricardo Anguiano Báez.
Aunque en México no hemos tenido un colapso, existen pérdidas fuertes de población de estos insectos, sobre todo por empleo de plaguicidas en la Península de Yucatán, Jalisco y en la Comarca Lagunera. “Se han hecho esfuerzos a partir de esos eventos para tratar de conocer las causas y de proteger a las abejas. Quizá nos ha fallado la coordinación entre autoridades, apicultores y la parte académica, para poder trabajar en conjunto y guiar una política apícola nacional”, reconoce el universitario.
Se detalla que la polinización se desarrolla desde que el polen deja el estambre de la flor, en el que ha sido generado, hasta que llega al pistilo en el cual germinará para generar frutos y semillas.
Anguiano Báez expone que las abejas están adaptadas en su labor, al estar cubiertas de vellosidades plumosas y fácilmente se impregnan de los granos de polen en busca de néctar.
Al pasar por los órganos femeninos de la flor, van dejando los granos de polen. Tienen una interacción bastante compleja con las plantas; trasladar el polen es su función primordial en el ecosistema, sostiene el académico.
El riesgo
A propósito del Día Mundial de las Abejas, que se conmermoró el 20 de mayo, destaca algunos factores de en riesgo:
“Las ataca un ácaro llamado Varroa destructor, que está distribuido en todo el mundo donde hay abejas melíferas y se practica la apicultura. Este afecta a las abejas a distintos niveles, principalmente en sus mecanismos de defensa, sus respuestas inmunes, que las deja susceptibles a otros agentes como virus y algunos hongos”.
También repercute en su dinámica social, reduce su tiempo de vida y las vuelve susceptibles a otro componente que las pudiera estresar y matar, agrega.
El cambio climático daña a esta especie al adelantar o retrasar floraciones, en ocasiones las vuelve más cortas y estos insectos no están a tiempo para recibirla; asimismo, ocasiona que se pierdan variedades florales. Este fenómeno global ha favorecido que los parásitos lleguen a regiones más calientes que antes no alcanzaban, abunda.
Mayor conocimiento de las especies
Las abejas productoras de miel (Apis mellifera) son las más estudiadas y utilizadas por el ser humano, pero existen más de 20 mil especies, aclara Anguiano Báez.
Cuando hablamos de abejas y de polinización, la melífera es el ejemplo y es la que conocemos, la que está más monitoreada, pero las otras nos deben tener atentos porque son las que van a cumplir estas funciones, principalmente en gran variedad de ecosistemas naturales, destaca.
El experto refiere que de las miles de especies solo de cinco a siete por ciento son sociales, las demás son solitarias, así que sus dinámicas de interacción con agroquímicos en campo son diferentes, los patógenos también son distintos. Solo los virus son homogéneos a los tipos de abejas. “Por eso es fundamental conocer y estudiar a otras”, precisa.
Son útiles
En nuestro país cerca de 88% de las 145 especies cuyo fruto o semilla se cultiva y consume, como chile, mango, calabaza, frijol o jitomate dependen de estas y otros insectos para su producción.
En el mundo, 80% de los cultivos de los que obtenemos alimentos, bebidas, medicinas, tintas y fibras necesitan también de su trabajo.
Por: Redacción Ddm / local@diariodemorelos.com