En esta reseña, te contamos lo mejor de The Whale, una cinta extremadamente dramática que está dando de qué hablar en todo el mundo.
The Whale, una película sentimental a más no poder, oscura, cruda, perturbadora, capaz de mostrar la belleza y malicia de las personas, exponiendo la dignidad humana en su punto más bajo, de tal forma que genera una inevitable sensación de vacío.
Esta cinta puede describirse como una auténtica epopeya de autodestrucción, hermosa y cruel a la vez, narra la historia de Charlie (Brendan Fraser), un hombre de casi 300 kilos que vive aislado del mundo exterior, dando clases de literatura en línea; él, intenta reconectar con su hija, buscando una última oportunidad de redención antes de partir.
La manera en la que Darren Aronofsky expone la situación es verdaderamente atrapante, a pesar de que no es algo agradable, y en muchos casos se vuelve visualmente repulsiva e incómoda, no puedes dejar de ver qué está pasando.
El formato de la cinta, rodada en 4:3, hace que todo se sienta más pequeño, y te introduce en un ambiente cerrado que genera un efecto claustrofóbico. Al ver The Whale, siempre da la sensación de que todo es pequeño y ajustado, más si tomamos en cuenta las proporciones del protagonista, que, además de su condición, posee una altura de más de 1.90 metros.
Hablando del espacio, el que todo transcurra en un mismo lugar nos recuerda a las obras de teatro clásicas, que tienen a pocos personajes entrando y saliendo de escena en una misma locación. Y es que, que la historia se desarrolle en el apartamento del protagonista es intencional, tiene como objetivo centrarse únicamente en él, y resaltar lo más profundo de los sentimientos humanos.
Al finalizar esta película, me percaté de que el silencio que llenaba la sala era abrumador, característico de una tristeza inexpresiva, y es que, a pesar de no tener una duración muy larga, contiene escenas que demuestran lo duro que puede ser el día a día de una persona hundida en la miseria.
Las actuaciones son brillantes, Hong Chau, quien interpreta a Liz (una amiga de Charlie) encaja perfectamente con el protagonista y su entorno, y muestra el cansancio real de una persona harta de un mundo que le ha arrebatado todo.
Sadie Sink hace el papel de Ellie, hija de Charlie; una actuación sumamente difícil, en la que su personaje se ve nublado por el odio y el rencor hacia un padre que decidió abandonarla desde que era una niña, que logra completar de manera redonda.
Finalmente, tenemos que hablar de la magnífica actuación de Brendan Fraser, una actuación que podría darle el reconocimiento a Mejor Actor en los premios de La Academia, y que, más de un renacimiento, es una revelación de su talento, que estuvo guardado por años.
Es increíble la vulnerabilidad que muestra el personaje, cada movimiento y cada gesto que ejecuta es preciso y expresivo con lo que siente; Charlie, al ver que va directamente hacia su muerte, decide confrontar la situación, haciendo que cada segundo valga, en una odisea donde refleja su intención de hacer las cosas bien antes de irse.
Brendan Fraser vivió en carne propia los dañinos abusos que pueden darse en la industria del entretenimiento, y me resulta fascinante que tras ser abandonado y maltratado por el cine, vuelva en un papel que simplemente parece estar hecho para él.
Toma las riendas como el eje central de una historia impactante, que tiene como tema principal los efectos devastadores que pueden venir después de una experiencia depresiva; una película totalmente recomendable, que es capaz de conmover y desgarrar a cualquier persona.
El increíble trabajo de maquillaje en la película #TheWhale que aportó a la gran actuación de #BrendanFraser #DarrenAronofsky #OscarNoms #oscars #Oscars2023 pic.twitter.com/dohaCNVt86
— Voz En Off (@vozenoffshow) February 23, 2023
Por Emiliano Güemes