Como era de esperarse, la Suprema Corte de Justicia de la Nación les dio instrucciones a los ayuntamientos de Cuautla y Cuernavaca de cerrar todos los negocios que no sean indispensables debido a la pandemia del coronavirus 19 en la entidad, en contra de sus acuerdos de abrir de manera total durante el semáforo rojo.

La estupidez que vimos el pasado lunes de abrir estando el semáforo en rojo, la veremos repercutida en 15 días más con el aumento de contagios.

Cuernavaca no es sólo la población que más casos tiene, sino que es la ciudad con el índice más alto de contagio en lo que se refiere a la pandemia, pero el daño ya está hecho y, a pesar de que la instrucción es cerrar de inmediato, como lo dice el acuerdo de la Suprema Corte, por el desorden en el Ayuntamiento se ve que le será imposible hacerlo, ya que es un Ayuntamiento sin un verdadero poder frente a los ciudadanos, pues tiene la fuerza de protección civil, pero la verdad es que ésta parece servir solamente para extorsionar y golpear a los comerciantes.
 No es, entonces, un Ayuntamiento al que la gente lo sienta como suyo.

Además, ahora resulta que siempre no, que siempre no está en bancarrota como se había dicho y que va a seguir adelante.
 El haberse declarado en bancarrota, al parecer, fue una mentira sólo para no pagarles a los empleados de la manera que marca la ley, y así poder alargar a la quincena, ya que sólo se le paga puntualmente al negocio de la basura, que es el que le deja más dinero, y para ése nunca hay retraso ni pretexto para no pagarle.
 Aparentemente, el porcentaje es fuerte y es uno de los pilares de sobresueldo de las autoridades.

Otro rubro que no se puede dejar de pagar es el de la gente de SAPAC, que si bien es la “caja chica” de la administración, funciona mal y sin una verdadera reestructuración, que ya lleva tres dirigentes sin que se logre la capacidad para arreglar la administración desde el cabildo.
 Por ello, la organización civil “Morelos Rinde Cuentas” con un grupo de ciudadanos consiguieron que el Banco Interamericano de Desarrrollo intervenga para sacar a la paraestatal de todos sus conflictos, pero al mismo tiempo solicitan no sólo dar las instrucciones, sino también controlar la organización de la misma; lo que desde luego sería librar a Cuernavaca de uno de sus grandes problemas, que es el del agua, y de esa manera tendríamos el inicio de una administración verdaderamente confiable que lograría sacar a la paraestatal del hoyo en el que se encuentra metida desde hace ya bastante tiempo, siendo una solución verdadera desde el punto de vista financiero y administrativo.
 Para eso, sería el propio banco el que manejara la administración, para evitar las “grandes fugas”, por decirles de una manera decente a las salidas de dinero que han hecho que la paraestatal tenga deudas millonarias con la CFE por no pagar la energía eléctrica, así como porque cada día las bombas que existen son más obsoletas.

La propuesta del banco, a través de “Morelos Rinde Cuentas” les da a miembros de la sociedad civil la opción de formar un patronato que funcione verdaderamente para sacar a la paraestatal del bache; pero, desde luego, el Ayuntamiento no quiere soltarla, a pesar de que le solucionaría un problema, por lo que se ve que es por dinero por lo que no está de acuerdo.

Pero, eso sí, la deshonesta administración con el cabildo completo -tan malo uno como otro- ya querían concesionar el alumbrado público de Cuernavaca y, a pesar de andar diciendo que están en quiebra, pedir otro préstamo que el Congreso no les autorizó; cosa extraña, porque la misma mano que mece la cuna detrás del Ayuntamiento es la misma que maneja a la mayoría en el Congreso, o al menos era; al parecer, con una buena alianza ya les quitó el Gobierno del Estado la lealtad a su candidato y brincaron de bando.

La ciudad está peor cada día que pasa: sucia, insegura al máximo y sin autoridad, y también más contaminada por las malas decisiones del Ayuntamiento.
 Este golpe de la Suprema Corte de Justicia es verdaderamente fuerte, y ahora habrá que ver cómo le hace para cerrar los antros que funcionan toda la noche y todos los negocios que ya han abierto, muchos de ellos sin la mínima precaución.
 ¿No cree usted?

Por: Teodoro Lavín León / lavinleon@gmail.com / Twitter: @teolavin

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