Las ventas de vehículos nuevos en México registraron una fuerte caída en los primeros cinco meses de 2025, mientras las exportaciones acusaron un retroceso significativo debido a los aranceles impuestos desde Estados Unidos. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las ventas en el mercado interno disminuyeron un 5.94 % en mayo, con sólo 116,062 unidades comercializadas; además, la producción de autos se elevó 4.89 % respecto al mismo mes del año anterior, alcanzando 361,047 vehículos, marcando un nuevo récord para un junio.
Sin embargo, este aparente impulso productivo no se reflejó en las exportaciones: en junio se enviaron 331,517 vehículos al extranjero, un aumento de 14 % interanual, pero en el acumulado enero–junio las exportaciones cayeron 2.83 %, con 1,666,184 unidades, es decir, 48,610 menos que en el primer semestre de 2024.
Más grave aún fue la caída registrada en mayo, cuando las exportaciones bajaron 2.9 % interanual, con 301,112 unidades despachadas, en contraste con la producción, que solo retrocedió 2 %.
El nerviosismo en la industria se asocia directamente con los nuevos aranceles del 25 % aplicados por Estados Unidos a los automóviles importados, que se implementaron tras el retorno de Donald Trump a la presidencia en enero. Aunque los vehículos ensamblados en México bajo reglas del T-MEC pagan un arancel preferencial de 15 %, las reglas de origen no cubren todos los modelos, lo que ha generado incertidumbre y afectado la competitividad.
Diversas armadoras enfrentaron dificultades: en los primeros cuatro meses de 2025, exportaciones de marcas como Volkswagen, Mercedes‑Benz, Stellantis, Mazda y BMW descendieron entre un 19 % y 39 %.
El impacto es de alto alcance para la economía nacional: la industria automotriz representa casi 4 % del PIB y más de 20 % del PIB manufacturero, además de emplear a cientos de miles de personas.
Aunque el gobierno mexicano y algunos fabricantes confían en que los incentivos del T-MEC y los descuentos arancelarios (de hasta 50 %) mitigarán la tendencia negativa, en el corto plazo la combinación de menor demanda en EE.UU. y el cambio en aranceles genera presiones considerables.
En resumen, mientras la producción de autos alcanza niveles récord, las exportaciones resienten el nuevo entorno comercial. El sector enfrenta ajustes estratégicos y queda a la espera de mayores alivios que permitan restablecer su capacidad exportadora.
