1.
Con la apertura de “El Universo de Leonardo da Vinci” se termina la incertidumbre a que dio pie la publicidad poco detallada, sobre la exhibición en CUERNAVACA, de la vida y obra del más célebre de los renacentistas. No sólo nos referimos a la fecha de inauguración de la misma, sino a que como es lógico pensar, mucha gente espera ver algunas de las creaciones pictóricas del italiano, situación imposible, porque el traslado de las pocas obras que existen del maestro, requiere de condiciones de conservación y seguridad súper estrictas y onerosas, que ni los museos con altísimos presupuestos pueden solventar.
La muestra en cambio incluye 30 reproducciones contemporáneas de objetos diseñados por da Vinci; se trata de un montaje sensorial que echa mano de la tecnología multimedia y presenta inventos como el carro bombardo, el aliante, el traje de buzo, el hornitóptero o la bicicleta, mismos que el creador nunca vio funcionar, o en tercera dimensión.
2.
A pesar de que la muestra no es de arte, la misma permite la posibilidad de entrar a la historia del mismo de manera colateral; funciona como una provocación cuyos efectos se medirán en el tiempo, conforme se pueda comprobar si estas estrategias museográfico-tecnológicas efectivamente generan públicos sensibles e interesados en las llamadas Bellas Artes.
Esta es la primera cuestión que nos viene a la mente, pero también está la otra cara de la moneda, y es que la sociedad de consumo -también llamada posmoderna, o “modernidad líquida”-, ofrece los bienes culturales como “tranquilizantes”: basta con entender el espíritu de una época a través de la mediatización de una narrativa codificada, para satisfacer la necesidad de consumo cultural.
En un mundo que nos exige estar informados, es imperativo contar con algo de cultura “general” sobre la llamada “alta cultura” y para muchos bastará con asistir a la muestra para cumplir con este requerimiento. No todo estímulo genera el interés deseado.
3.
Por otro lado, pensar en un personaje universal como Leonardo da Vinci en CUERNAVACA genera un orgullo inédito entre los morelenses. Nunca antes tuvimos la oportunidad de presenciar exhibiciones de la talla de este montaje que abarca más de 3000 metros cuadrados, en la 24a. Zona Militar,  en los terrenos que fueran parte de la antigua hacienda de Buenavista.
Como recipiendaria de la obra de uno de los italianos más conocidos de la historia de la humanidad -quizás el más conocido-, nuestra ciudad se torna motivo de orgullo para quienes aquí habitamos, más si en los últimos tiempos los medios masivos de comunicación nos han dado a conocer en el mundo como víctimas de un violento encontronazo entre bandas de narcotraficantes. De la respuesta del público nacerán más iniciativas cómo está, generadoras de turismo.
De paso esta muestra presenta la cara amable del cuerpo castrense, a cargo del General Armando Gómez, comandante de la 24a. Zona Militar, quien tomó el proyecto en sus manos desde que los señores Rafael y Ligia, presidente y creadora de la Fundación Echazarreta, propusieron el proyecto que también se presentará en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.
4.
Para completar la información sobre Leonardo y su época, recomiendo leer la biografía recientemente publicada por la Editorial Penguin Random House, pues el autor Walter Isaacson toma en cuenta los dos hemisferios del cerebro para explicar la genialidad de da Vinci. Dice que Leonardo tenía la facultad de asociar ideas científicas con artísticas, capacidad vinculante de universos aparentemente opuestos.  Recordemos que el florentino se ofrecía como entretenedor de fiestas y diseñador de máquinas de guerra y aclaraba en sus cartas dirigidas a sus posibles patronos, que también podía pintar. Es decir, su faceta artística era para él un agregado más entre sus múltiples oficios. FIN.

Por: María Helena González / helenagonzalezcultura@gmail.com

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