Desde que detuvieron al narcotraficante El Chapo Guzmán, comenzó una enorme publicidad aplaudiendo la captura, por parte de la DEA, la Marina, la Policía Federal y por supuesto de las llamadas anónimas, comenzó una trama tipo “holywdense”, explotada por todos los medios alrededor del planeta. Unos cuantos días después, llegó una solicitud de extradición de parte de un juez de Nueva York, Estados Unidos, reclamándolo por varios asuntos relacionados con delitos contra las leyes estadunidenses, por más de cinco actos delicuenciales, dentro y fuera de Estados Unidos.

Nos preguntamos si ese juicio fue en contra de El Chapo o en contra de todos los mexicanos y el que se espera sigan explotando hasta después de que se expida el plazo condenatorio, el cual ya los medios, la opinión de los abogados y el grosor de la población mundial, ha dado por hecho que será de cadena perpetua, en la inteligencia de que a quien realmente se está enjuiciando es a la Nación mexicana, quienes somos “los delincuentes, los ladrones, asesinos, narcos, flojos” y entre otras cosas, dan el mal ejemplo a los ciudadanos de su País y a los que hay que enjuiciar, porque estos son los que plantan la droga que sus inocentes compatriotas tienen por fuerza que consumir; y quienes les entregan el armamento a los cárteles y los medios para que El Capo pudiera introducir toda esa droga que tanto daño le ha hecho a Estados Unidos”.

Realmente el “Juicio” no ha sido contra El Chapo, sino contra el pueblo y el gobierno de México. El señor Trump quiere seguir golpeando impunemente a los mexicanos por medio del desprestigio dentro de su propio País, al grado tal que cuando llegas de visita a Estados Unidos y pasas la aduana el del taxi te pregunta: ¿y usted de dónde llega, de Europa o de Sudamérica? Y por supuesto contestas que de México y de inmediato la sonrisa desaparece de su cara. “Ha, de donde viene El Chapo, los delincuentes, los emigrantes los flojos y las bandas que nos venden la droga”.

Y a donde vayas ya estás marcado como el mexicano culpable de que el 70 por ciento de los estadunidenses sean adictos a las drogas. Y te ven con el recelo de antaño, cuando veían a los cubanos, a los vietnamitas y a los de la mafia italiana. Ahora los “chicos malos” somos nosotros, a quienes nos daban la bienvenida por nuestras suntuosas compras, las generosas propinas y nuestros continuos viajes por toda la Unión Americana. 

Y todo esto lo organizó Trump porque ya había perdido contra China, Rusia e Irán y necesitaba un enemigo cercano para meterle miedo a los estadunidenses y prepararlos para una posible invasión a México, la que nunca pensó llegar a atacar, pero que le ayudaría, como lo hizo, a llegar a la presidencia de los EE UU. 

Para el norteamericano medio, cualquiera que huela a mexicano es un ilegal, un narco, un delincuente y un asesino en potencia. Ahora, Trump está preparando los ataques con más intensidad porque las elecciones del 2020 ya están en puerta. Llamó a 35 mil soldados más, quienes con los 25 mil que ya habían en la frontera con México, ya son 60 mil soldados para no dejar entrar la droga, las armas y a los ilegales por  sus débiles garitas, para lo cual está luchando el llegar a construir un pequeño muro, sólo cuatro veces más grande que el de Berlín durante la guerra fría.

En fin, que ha logrado que no salga ningún turista de Estados Unidos hacía México, como si les fuéramos a pegar alguna enfermedad terminal, además  de llevarse a otro lado las compras que México enviaba a su País, creyendo que son los únicos países con los que se puede hacer negocios y en cuanto el traer turismo, tenemos a toda Europa que llega a ver nuestras playas y nuestros centros arqueológicos (los más importantes del mundo entero). ¿No será que por eso no los dejan venir a México, porque ellos no tienen más pasado que el barco Mayflower donde llegaron los primeros fugitivos y piratas ingleses?

Pero volviendo a El Chapo Guzmán, el espectáculo que prepararon en Brooklyn, Nueva York, fue de lo más burdo y corriente, el que no convenció a nadie, a pesar de haberse gastado una millonada en programas de radio, spots en la televisión y entretenimiento para los estadunidenses que no tienen que hacer más que ver las noticias amañadas que su gobierno quiere que vean, ya que con el pretexto de que son “fake news” (noticias falsas), nunca sale una noticia verídica sobre ninguna parte del mundo, que no esté controlada por Washington, mucho menos de nuestro País, a menos que sea negativa. Y así, poco después de su detención, el gobierno federal de Estados Unidos, pidió la extradición de El Chapo Guzmán a EE UU.

El 8 de enero de 2016 La Marina, la policía estadunidense usando trajes de la Marina de México y la policía federal, detuvieron a El Chapo Guzmán en un hotel del norte de México. El 3 de mayo de 2016 fue llevado a Ciudad Juárez y el 19 de enero de 2018 se lo llevaron a EE UU extraditado con el mayor sigilo, sin que haya sido juzgado por la justicia mexicana por haberse evadido del penal y hasta el 13 de noviembre de 2018, comenzó el proceso judicial en Brooklyn, Nueva York, presentándose más de medio centenar de testigos que incriminaron a El Chapo, a cambio de que se les bajara su propia condena, al haber entre ellos a casi todos los detenidos en las cárceles del País, más agentes de la DEA, quedando embarrados varios personajes de la política mexicana. Este juicio terminó el 12 de febrero de 2019 estando en aquel País El Chapo detenido durante más de un año.

El próximo 25 de junio, El Chapo, al haberse encontrado culpable por el jurado de 12 personas en N.Y., va a ser sentenciado en Brooklyn, New York, por el juez, Brian Cogan. Y será hasta entonces que terminará el siguiente capítulo de la serie novelada de Trump y su gavilla, porque si le dan cadena perpetua, vamos a tener que esperar la segunda y la tercera temporada, pues las miles de noticias dentro de Estados Unidos, más importantes que la de El Chapo, no tienen el atractivo que este juicio contra El Chapo y contra todos los mexicanos. 

Y no dudamos que en cualquier momento comiencen a filmar una película de la vida de todos nosotros los mexicanos, quienes somos delincuentes, ladrones, narcos, emigrantes en potencia y hasta familiares de El Chapo Guzmán, ya que las series que han salido en netflix y en la televisión no se parecen para nada a esta cruda realidad de, por lo menos 150 capítulos por temporada y una película de largo metraje antes de las elecciones de 2020 a la presidencia de Estados Unidos, para que haya valido la pena todo este gasto y tanta propaganda que se ha hecho.

Va de cuento
Rafael Benabib
rafaelbenabib@hotmail.com

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