Cuernavaca.- Sobre la pista, cada giro cuenta una historia de esfuerzo, constancia y amor por el deporte. Regina Orozco Juárez no sólo patina: vive el patinaje artístico y con 19 años, ya comienza a dejar huella también como entrenadora, compartiendo su experiencia con nuevas generaciones desde el Club Rollick de Patinaje Artístico. Originaria de Cuernavaca, Regina inició en esta disciplina a los 10 años y desde entonces el patinaje se convirtió en el eje de su vida.
“Es como el aire que respiro”, confesó.
Durante los últimos nueve años ha crecido primero como competidora y ahora también como formadora. Su desarrollo deportivo ha estado marcado por la guía y motivación de su entrenador, Efra Riod, a quien reconoce como la persona que creyó en ella, incluso en los momentos de duda, y por la inspiración de grandes referentes que la impulsaron a romper límites y creer en su potencial. Esa enseñanza hoy se refleja en la manera en que entrena y acompaña a sus alumnas. Uno de los momentos más significativos de su trayectoria llegó en 2022, cuando disputó su primer Campeonato Panamericano de Patinaje Artístico en Cancún. Ahí, Regina no sólo vivió su primera experiencia internacional, sino que logró un destaca do quinto lugar a nivel panamericano, resultado que marcó un antes y un después en su carrera. Representar al estado de Morelos en competencias nacionales es otro de los logros que atesora con orgullo.
Para ella, portar el nombre del estado significa honrar sus raíces y demostrar que el talento también nace en lugares pequeños, pero llenos de corazón. Regina ha construido un sólido palmarés a lo largo de los años, participando de manera constante en campeonatos nacionales, estatales e interasociaciones. Entre sus principales logros destacan el primer lugar en cuarteto en el Campeonato Nacional 2019, el oro en prueba de figuras del Campeonato Nacional 2024 y varios podios estatales y nacionales en categorías libre, danza y grupal. Su historia también incluye momentos difíciles. A mitad de su carrera, una fractura la obligó a detenerse y enfrentar una dura rehabilitación. Medio año de terapia, paciencia y fortaleza mental fueron necesarios para volver a la pista. Con sueños de competir a mayor nivel internacional, entrenar en otros países y consolidarse como una gran entrenadora, Regina Orozco sigue deslizándose con la misma pasión de la niña que empezó a patinar a los 10 años.