En el entramado del gobierno, el gabinete legal y ampliado representa la columna vertebral que sostiene y dirige la maquinaria del Estado. Es crucial contar con un grupo de individuos no solo capacitados, sino también transparentes, con prestigio social y una indiscutible vocación de servicio. La razón es simple: sin un equipo sólido y ético, la gobernabilidad se convierte en una quimera, y aquellas promesas que se hicieron durante la campaña se diluyen en el aire como palabras vacías.
Un gabinete fuerte y transparente es fundamental para atender las demandas de la ciudadanía. Cada Secretaría debe estar liderada por personas con un profundo conocimiento de su área, pero también con la integridad necesaria para actuar en el mejor interés del público. Solo así se puede garantizar que las políticas implementadas sean efectivas y beneficiosas para la sociedad. Además, la transparencia no es un lujo, sino una necesidad imperativa en un contexto donde la desconfianza en las instituciones públicas es latente. La rendición de cuentas debe ser un pilar, no una opción.
El prestigio social de los miembros del gabinete es otro factor vital. No se trata solo de tener un currículum impresionante, sino de ser reconocidos por su probidad y compromiso con el bienestar común. Un secretario o secretaria con una sólida reputación no solo aporta credibilidad al gobierno, sino que también facilita la implementación de políticas al generar confianza entre los ciudadanos y otros actores políticos.
Y luego está la vocación de servicio, una cualidad que parece estar en peligro de extinción en algunos círculos políticos. Los miembros del gabinete deben ser personas que ven su rol no como un trampolín para sus ambiciones personales, sino como una oportunidad para servir al País o su Estado. Solo con esta mentalidad es posible enfrentar los desafíos con el rigor y la dedicación que requieren.
Es fundamental que los nombramientos se realicen basándose en criterios objetivos de capacidad, integridad y compromiso con el servicio público.
Solo así se puede asegurar una gestión efectiva y una verdadera respuesta a las necesidades del pueblo. Los beneficios de contar con un equipo de estas características son claros: mayor confianza pública, políticas más efectivas y una administración más justa y eficiente.
Antes de que nos llamen oficialistas vámonos con lo bueno, lo malo y lo feo.
Lo bueno: El contar con un gabinete sólido y transparente garantiza una gestión eficiente y responsable. Lo malo: Los eternos inconformes e insatisfechos con los nombramientos que se realicen, pero esto va más, creo yo, por ver en el poder a quien le ganó en las urnas. Lo feo: los que se candidatean para las Secretarías sin mayor mérito.
No está de más decir que esto es a título personal.
Fíjense nada más que… se destapó el cartel del Corona Capital 2024 y también la segunda parte del gabinete de la Presidenta electa Claudia Sheinbaum: David Kershenobich en la Secretaría de Salud; Raquel Buenrostro Sánchez en la Secretaría de la Función Pública; Luz Elena González Escobar en la Secretaría de Energía; Jesús Antonio Esteva Medina en la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes; y Edna Elena Vega Rangel en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU).
Fuera de contexto: La confirmación de la participación en el primer foro de parlamento abierto en torno a la reforma al Poder Judicial de todos los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, además de la Fiscalía General de la República y del sindicato de trabajadores del Poder Judicial, por supuesto que da certeza a tan importante Reforma que entre sus principales propuestas está la elección de ministros, magistrados y jueces mediante el voto popular.
¡Saludos!
Las opiniones vertidas en este espacio son exclusiva responsabilidad del autor y no representan, necesariamente, la política editorial de Grupo Diario de Morelos.