¡ Ah, el PRIAN! Esa maravillosa fusión de dos partidos políticos que, en un acto de gran creatividad, combinaron lo peor del PRI y del PAN para ofrecernos un buffet de corrupción, impunidad y cinismo. Con este preámbulo, pues a lo que ‘nos truje chencha’ y acompáñenme hacer una reflexión del porqué este próximo 2 de junio, no debemos votar por el PRIAN, esa maravillosa quimera de la política mexicana que hasta hace unos años eran acérrimos rivales.

Empezamos con el PRI, partido que nos ha regalado décadas de corrupción endémica. ¿Quién podría olvidar la época dorada de la “presidencial imperial” del Revolucionario Institucional? Una era en la que el Presidente tenía más poder que un emperador romano y menos escrúpulos que el villano más villano de las telenovelas de Televisa. Ah, esos eran los días en que los recursos del País se manejaban con la misma transparencia que un barril de petróleo en aguas profundas. La corrupción no solo era tolerada, sino celebrada, y los favores políticos se compraban y vendían como en un mercado de pulgas. Si les gusta la emoción de ver cómo desaparecen millones de pesos en un abrir y cerrar de ojos, el PRI definitivamente es su elección.

Pero no nos olvidemos del PAN, el partido de la derecha que abraza a la izquierda y los derechos y libertad de creencia de las personas en las campañas solo para obtener votos, porque ya pasadas las elecciones olvida convenientemente todas esas promesas. Bajo su gobierno, vimos una ola de violencia que hasta la fecha seguimos padeciendo. La estrategia de “guerra contra el narcotráfico” resultó ser más bien una guerra contra la población, con resultados tan exitosos como lanzar gasolina al fuego para apagarlo, tan es así que, hasta la fecha, las y los niños que vivieron el sexenio de 2006 a 2012, no tiene guardado en su celular a sus padres como ‘papá y mamá’, si no con otro nombre.

Así que, ¿por qué no votar por el PRIAN? Claro, podrían argumentar que la unión de estos dos partidos trae lo mejor de ambos mundos. Pero la realidad es que solo han combinado lo peor: la corrupción estructural del PRI y la ineptitud para gobernar del PAN. Es como mezclar veneno con explosivos; no se obtiene una cura milagrosa, sino un desastre seguro.

En fin, la elección es de ustedes, queridas y queridos mexicanos. Si disfrutan de la corrupción desenfrenada, el autoritarismo disfrazado de democracia y la constante amenaza de violencia, el PRIAN es su mejor opción. Pero si, por el contrario, desean un país donde la transparencia, el respeto a los derechos humanos y la paz no sean solo lemas vacíos, tal vez sea hora de buscar alternativas. Porque, al final del día, votar por el PRIAN es regresar a un pasado que nunca debería volver.

Dicho esto, mejor vámonos con lo bueno, lo malo y lo feo.

Lo bueno: que cada vez menos gente cae en las mentiras del PRI y del PAN. Lo malo: las personas que siguen creyendo que son ‘el cambio’ que México necesita. Lo feo: que no hablamos del PRD, porque electoralmente no existe ¡ja!

No está de más decir que esto es a título personal.

Fíjense nada más que… por si faltaran razones para no votar por el PRIAN sumemos la calidad de sus candidatos, como el exgobernador Sergio Estrada Cajigal Ramírez, ahora contendiente por el Distrito I Federal (Cuernavaca) y a quien le acaban de dictar prisión preventiva por lo delitos de violencia familiar y género.

Fuera de contexto: La tragedia que se vivió en Nuevo León en un evento de Movimiento Ciudadano no es para politizarse, cosa que muchos ‘lideres de opinión’ e incluso las figuras de MC, como Mariana Rodríguez, Samuel García y el propio Maynez, no entendieron. Mi más sentido pésame a las familias de la víctimas y pronta recuperación a las y los lesionados. ¡Saludos!

Las opiniones vertidas en este espacio son exclusiva responsabilidad del autor y no representan, necesariamente, la política editorial de Grupo Diario de Morelos.

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