Tras la explosión de su nave Starship durante una prueba en Texas el 18 de junio, SpaceX ha solicitado la colaboración del gobierno mexicano para recuperar restos de la nave que cayeron en territorio nacional, concretamente en el estado de Tamaulipas.

La compañía, que considera esos fragmentos como propiedad suya, afirmó en su cuenta de X que ya pidió tanto ayuda local como federal en México, y ofreció recursos para la limpieza del área afectada. Sin embargo, SpaceX señaló que sus esfuerzos se han visto impedidos por personas no autorizadas que ingresaron a propiedades privadas para recolectar los escombros.

México, por su parte, toma medidas legales. La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que su administración revisa posibles violaciones a tratados internacionales y analiza presentar una demanda contra la empresa, al considerar que sí existe contaminación en las zonas impactadas. Además, anunciaron que Profepa y autoridades ambientales indagan el impacto de los fragmentos, que se han hallado en la playa Bagdad, el Río Bravo y áreas agrícolas.

No obstante, SpaceX sostiene que no existe riesgo químico, biológico o toxicológico asociado a los residuos. Asegura que las pruebas independientes realizadas a los materiales del Starship lo confirman.

Este es el más reciente incidente en una serie de explosiones vinculadas al programa Starship. La nave ha sufrido fallas similares en enero y marzo de 2025, con fragmentos cayendo sobre el Caribe y, en una ocasión, provocando daños menores en las Islas Turcas y Caicos.

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