El año 2024 será un año bisiesto, lo que implica que febrero contará con 29 días en lugar de los habituales 28. ¿Cuántos días tendrá exactamente este año? ¿Por qué se lleva a cabo este ajuste en el calendario y por qué, en términos precisos, no logra una sincronización perfecta con el año solar? Te lo explicamos detalladamente.
¿Qué significa ser un año bisiesto?
Un año bisiesto es aquel que agrega un día extra al mes de febrero. Esta práctica tiene como objetivo alinear el calendario con el ciclo solar. Mientras que un año regular consta de 365 días, los años bisiestos suman 366 días.
Origen e historia de los años bisiestos
La noción de años bisiestos se desarrolló para coordinar los calendarios civiles, religiosos y agrícolas con el ciclo solar. A lo largo de los siglos, la falta de sincronización planteó desafíos significativos. La introducción del día extra cada cuatro años se convirtió en una solución eficaz, aunque temporal, a este problema.
¿Por qué cada 4 años?
La principal razón detrás de los años bisiestos cada cuatro años es el tiempo que la Tierra tarda en completar una órbita alrededor del Sol. A diferencia de lo que se cree comúnmente, la Tierra no tarda exactamente 365 días en su trayectoria solar, sino alrededor de 365 días y 6 horas. Este excedente de tiempo se acumula y, sin los años bisiestos, el calendario se desfasaría gradualmente con las estaciones del año.
El calendario gregoriano y su influencia
La adopción del método actual de años bisiestos, donde un año es bisiesto si es divisible entre 4, fue impulsada por el Papa Gregorio XIII. Esta reforma dio paso al calendario gregoriano, utilizado en la actualidad. Sin embargo, para los años secularares (los que terminan en "00"), también deben ser divisibles entre 400 para ser considerados bisiestos.
Próximos años bisiestos
Los años bisiestos que vienen son 2024, 2028, 2032, 2036.
Los años bisiestos no son suficientes para el ajuste del tiempo
A pesar de la corrección que ofrecen los años bisiestos, cada cuatro años, todavía se produce una pequeña discrepancia de aproximadamente 46 minutos entre los años del calendario y los solares. Esta diferencia acumulada conlleva a ajustes adicionales cada cierto número de años.