En medio de los recientes y constantes informes sobre chinches que han invadido escuelas, trenes del Metro y otros lugares públicos, muchas personas afirman experimentar una sensación incesante de comezón, la aparición de ronchas y, en algunos casos, incluso creen ver insectos donde no los hay. Estas personas podrían estar sufriendo del síndrome de Ekbom, una afección médica poco conocida pero debilitante.

¿Qué es el síndrome de Ekbom?

El síndrome de Ekbom, también conocido como dermatitis del rascado, es una condición médica caracterizada por una intensa sensación de picazón en la piel, lo que lleva a la persona afectada a rascarse repetitivamente y de manera vigorosa. La picazón a menudo es insoportable y puede causar un gran malestar físico y emocional.

Con la exposición constante a imágenes de chinches o reportes de plagas en lugares públicos, varias personas podrían estar experimentando este síndrome sin ser conscientes de ello.

¿Cómo se manifiesta el síndrome de Ekbom?

  • Picazón intensa: Esta puede ser generalizada en todo el cuerpo o estar localizada en áreas específicas.
  • Rascado compulsivo: Las personas tienden a rascarse de manera compulsiva y pueden causar lesiones en la piel debido a la intensidad y frecuencia del rascado.
  • Lesiones en la piel: El rascado constante puede llevar a lesiones en la piel, como rasguños, heridas abiertas, enrojecimiento e inflamación.
  • Cicatrices: A largo plazo, pueden quedar cicatrices permanentes en la piel.
  • Ansiedad y estrés: La sensación constante de picazón y el rascado pueden provocar ansiedad, estrés y problemas emocionales en las personas afectadas.
  • Aislamiento social: Quienes padecen el síndrome de Ekbom a menudo se sienten avergonzados por su condición y pueden evitar el contacto social debido a las lesiones en la piel.

Acude al médico El síndrome de Ekbom no es un problema aislado o imaginario; es una condición médica que requiere atención de un especialista.

Diagnóstico y tratamiento El diagnóstico y tratamiento adecuados deben ser realizados por profesionales de la salud, como dermatólogos o psiquiatras.

El tratamiento puede incluir terapias farmacológicas para controlar la picazón y abordar los síntomas emocionales, así como terapia cognitivo-conductual para ayudar a las personas a controlar el impulso de rascarse y afrontar los desencadenantes emocionales. La concienciación sobre esta condición es crucial para garantizar que las personas afectadas reciban la ayuda que necesitan para manejar el síndrome de Ekbom de manera efectiva.

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