La Formula 1 no había sufrido este tipo de accidentes desde los años ochenta, y es que un accidente en este tipo de eventos siempre salta las alarmas. Por suerte y fortuna, el piloto Romain Grosjean no sufrió ningún daño grave.

El corazón de todos los fanaticos de la Formula 1 se paralizó e imaginó lo peor al ver lo que estaba pasando en la pista: el escalofriante choque de Romain Grojean tras la largada del Gran Premio de Bahreín, en la decimoquinta fecha de la temporada. El Haas del francés se prendió fuego y se partió a la mitad. Más allá de la espectacularidad del incidente, el galo solo sufrió unas leves quemaduras y un gran susto.

Como si se tratará de una escena de ficción el auto se partió por la mitad y se incendio, desde 1981 que no se veía algo parecido. El antecedente fue con John Watson en el Gran Premio de Italia corrido en Monza, donde el McLaren MP4 (el primero construido en fibra de carbono) se partió, sin consecuencias para el piloto irlandés.

En cuanto a un auto en llamas, algunos casos para recordar son los de Josh Verstappen (padre de Max) en Alemania 1994 y el de Gerhrad Berger en Imola, en 1989, donde cinco años más tarde se mataron Ayrton Senna y Roland Ratzenberger.

La preocupación creció en los segundos siguientes ya que la televisión no volvió a mostrar las imágenes de Grosjean. Pero la tranquilidad volvió cuando se lo vio al galo en el auto médico.

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