El argentino Néstor Pitana está considerado como uno de los silbantes más confiables del orbe o al menos su palmarés así lo demuestra. Baste mencionar que fue no solamente el encargado de dirigir el partido inaugural de la pasada Copa del Mundo, celebrada en Rusia, sino que también le delegaron la responsabilidad de pitar la gran Final.
Ahora en la Copa América Brasil 2019, de nueva cuenta, Pitana silbó la inauguración y como el partido por el título lo disputaron el país anfitrión en contra de la escuadra inca; pues se antojaba lógico que don Néstor ganara un blasón más para su brillante carrera, al arbitrar dicho encuentro.
Sin embargo, la semifinal Brasil Vs. Argentina resultó más que polémica, cuando el colegiado en turno, Roddy Zambrano, no recurrió al VAR en sendas acciones que ameritaban la marcación de la pena máxima en favor de los pibes, lo que desató la ira de Messi y sus secuaces.
Así, la AFA (Asociación de futbol Argentina) envió un comunicado a la CONMEBOL quejándose de esta anómala situación, lo que en automático terminó con la posibilidad de que Pitana dirigiera la final; toda vez que los amazónico no permitirían que, por ningún motivo, bajo esas circunstancias, fuera un argentino el que pitara.
Fue entonces que el chileno Roberto Tobar se sacó la rifa del tigre, realizando un trabajo también polémico; en virtud de que se equivocó flagrantemente al señalar como penal una mano de Tiago Silva cuando le balón le pegó en el brazo con el que caía al césped y fue cuestionado al marcar otra pena máxima a favor de los ahora monarcas del certamen.
La designación de Roberto Tobar también fue criticada debido a que, hace tiempo, estuvo sancionado durante nueve meses por pertenecer al “club del póquer”, en donde jueces chilenos se reunían a jugar a los naipes, a ingerir bebidas alcohólicas y el que perdiera la partida, lo mandaban a pitar a provincia, según esto, para que, con los viáticos, lograra reponerse de las pérdidas económica sufridas con las cartas.
Para acabarla de amolar, en la disputa por el tercer puesto, Messi salió expulsado, en un paupérrimo trabajo del paraguayo Mario Díaz, lo que motivó a que la pulga, se negara a recibir la medalla correspondiente y emitiera penosas declaraciones, afirmando temerariamente, que el torneo había estado cubierto por el manto de la corrupción ¡Ojalá y muestre las pruebas!
Ante este torrente de desafortunados eventos, solamente me queda exclamar… ¡Qué bonita familia!

Eduardo Brizio
ebrizio@hotmail.com

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