Sí, el titular es correcto, un político brasileño ha tenido una brillante idea para ahorrar en costes y asegurar la supervivencia de los comedores sociales de Río de Janeiro: que los pobres coman cada dos días.

Este tipo de comedores tiene serias dificultades para mantener sus tarifas mínimas con el objetivo de atender a los más necesitados.

El espíritu con el que se crearon era alimentar diariamente a quienes menos recursos tengan, como los sintecho.

Pues bien, el presidente de la Comisión de Presupuesto de la Asamblea Legislativa, Pedro Fernandes, opina que la mejor solución para sus problemas económicos es subir los precios un 150% y que los pobres se alimenten con menos frecuencia, concretamente cada dos días.

Las críticas no se han hecho esperar ante semejante idea del político, perteneciente al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que insiste no ver una solución mejor que incrementar el precio de los menús, que pasarían de 2 a 5 reales brasileños.

Pese a lo seguro que estaba de sus palabras, en cuanto le llovieron las críticas reculó diciendo que su idea podría ser desafortunada, aunque se defendió recordando las dificultades que entraña mantener estos servicios.

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