En 2023, el crecimiento económico de México superó, por un amplio margen, las expectativas de los analistas. La mayor parte de la sorpresa provino del lado de la inversión fija y de una actividad más resistente de lo esperado en Estados Unidos. Las apuestas están puestas para 2024: por un lado, la mayoría de los economistas anticipan una desaceleración; por otro, hay algunos pronósticos que apuntan a un segundo año consecutivo de crecimiento estelar. Sin embargo, casi todos coinciden en que la economía mexicana podrá llevarse a casa un 2024 decente, a pesar de un entorno global no tan favorable.
Se suele decir que los economistas dedican la mitad de su tiempo a explicar lo que ocurrirá en el futuro y la otra mitad a explicar qué salió mal en sus previsiones. En este caso, explicaremos por qué la economía mexicana sorprendió a prácticamente todo el mundo —por suerte— al alza durante 2023.
Todo comenzó en el año 2022
En diciembre de 2022, según una encuesta del Banco de México (Banxico), la previsión mediana de crecimiento del PIB real para 2023 se situó en el 0,9% frente al 3,9% en 2022. Los principales impulsores de esto fueron que se esperaba que la economía estadounidense cayera en una recesión breve y superficial a mediados de año, y se creía que el agresivo ajuste monetario del Banxico limitaría el consumo privado y la inversión fija.
Por el contrario, la actividad económica en Estados Unidos fue notablemente resistente y, además, los números de la Reserva Federal alcanzaron una tasa de crecimiento del 2,6% en 2023. Así que eso fue una gran ventaja. Además, nadie estaba preparado para que la inversión fija registrara una tasa de crecimiento de dos dígitos (casi el 20% en el tercer trimestre del 2023), ya que el gobierno federal aumentó el gasto en sus proyectos favoritos a medida que la actual administración se acerca a su fin.
Por supuesto, esto sucedió mientras México experimentaba lo que se cree que son los primeros efectos del fenómeno de la deslocalización en la inversión fija, aunque es justo decir que esto último era totalmente esperado. Finalmente, el consumo privado siguió mostrando fortaleza, en parte porque la tasa de desempleo se desplomó a niveles mínimos históricos y en parte debido a una reapertura tardía posterior a la pandemia.
La desaceleración más evidente en 2024
La economía mundial está empezando a mostrar algunas grietas, como resultado del endurecimiento de la política monetaria y de una desaceleración del comercio global de bienes. De hecho, algunas regiones, principalmente la Unión Europea, están al borde de una recesión. En Estados Unidos, el dolor de las tasas de interés se está empezando a sentir de manera más amplia; además, Jerome Powell y algunos de sus colegas de la Reserva Federal han advertido que el efecto completo de la política monetaria se sentirá pronto.
En este sentido, la Reserva Federal espera que la actividad en Estados Unidos se desacelere a 1.4% el próximo año. Esta es una mala noticia para México, ya que podría traducirse en una dinámica más lenta para las exportaciones, las remesas y el turismo. Noticias económicas pueden seguirse en plataformas de trading con Plus500 entre otras plataformas y websites disponibles.
Además, las tasas reales en México podrían suprimir parcialmente el crecimiento de la demanda interna esta vez. Las tasas reales prospectivas son muy restrictivas, cercanas al 7%, y aunque Banxico podría comenzar a recortar las tasas tan pronto como el 4T24, la política monetaria se mantendrá en territorio restrictivo durante todo el año.
Además, la inversión pública difícilmente logrará mantener un ritmo de crecimiento de dos dígitos por encima de lo observado en 2023, ya que algunos de los proyectos favoritos están llegando a su madurez o sus etapas finales de construcción. A eso se suma la apreciación del tipo de cambio que tiende a inclinar el gasto de los consumidores de los bienes nacionales a los importados, lo que podría no ser un buen augurio para el crecimiento económico, si el peso sigue mostrando cierta fortaleza.
Finalmente, debemos tener en cuenta que 2024 se caracterizará por elecciones simultáneas en México y Estados Unidos, lo que podría tener algún impacto en la confianza y las decisiones de inversión.
La mayoría de los analistas esperan que el crecimiento económico se enfríe en 2024 al rededor del 2%, mientras que la minoría —es decir, los economistas de la Secretaría de Hacienda y del Banco de México— cree que la economía podría mantener un ritmo cercano al 3%. Más allá de la discusión sobre qué escenario resulta ser una profecía y cuál emerge como una fantasía, todos coincidimos en que, a pesar de lo que parece ser un camino accidentado por delante, México se llevará a casa un 2024 decente en términos de crecimiento económico.
