¡SE LES ACABÓ EL CORRIDO!
Lo que pasó el fin de semana en el Palenque de la Feria de Texcoco, donde una turba enardecida destruyó el escenario porque un artista se negó a cantar narcocorridos -por los cuales, sinceramente, se hizo famoso- deja varias cosas para el análisis.
Si bien los narcocorridos tienen décadas en el gusto popular mexicano, fue quizá en los últimos años cuando comenzó a tomar más fuerza este género musical y varios artistas saltaron al estrellato sólo por cantar estos temas.
En un país duramente golpeado por el crimen organizado, con cientos de miles de víctimas en la lista, sigue siendo una profunda contradicción que las canciones que hacen apología al crimen organizado sigan estando en el top.
Mucho más descabellado es que provoquen destrozos porque su artista se negó a cantar este tipo de temas -lo hizo porque las autoridades lo ordenaron- y se porten como animales fuera de control. ¿Qué tipo de público llega a estos extremos?
La polémica le llegó a la mismísima Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, quien aclaró que los narcocorridos no están prohibidos (no vaya a ser que alguien empiece a reclamar que se está coartando su libertad de expresión), pero por supuesto que el objetivo es promover música alejada por completo de la violencia. “Yo estoy en contra de prohibir y de censurar. Más bien es promover otros contenidos”, aseguró la mandataria y bien por eso.
En gustos se rompen géneros, claro, pero como ciudadanos debemos pensar que ya tenemos suficiente con la violencia que se vive en las calles como para seguirla aplaudiendo de artistas que no tienen talento para más.