PARALIZADOS. El alcalde José Luis Urióstegui atribuyó a grupos delincuenciales que buscan establecer su dominio en la ciudad el ataque en un bar de la colonia Antonio Barona.
Según Urióstegui Salgado, este incidente, que resultó en la trágica muerte de dos hombres y dejó a otro gravemente herido, fue perpetrado por individuos que emplearon armas de fuego de manera deliberada y violenta.
El alcalde aseguró con cierta despreocupación que estos ataques son frecuentes debido a que algunos establecimientos nocturnos, supuestamente, operan fuera del horario permitido por las normativas municipales, que deberían limitar su funcionamiento hasta las 9 o 11 de la noche.
Sin embargo, esta afirmación contradice la falta de efectividad de su administración para aplicar sanciones a dichos negocios, evidenciando una discordancia entre sus palabras y la realidad de su gestión.
Las declaraciones del edil reflejan una actitud pasiva frente a la grave situación de seguridad en Cuernavaca, destacando la falta de capacidad de su gobierno para abordar efectivamente la problemática de la violencia y el control de los horarios de los centros nocturnos.
Y no sólo los centros nocturnos, también a los comerciantes ambulantes, que datos de su administración, son mil vendedores los que no han querido regularizarse.
Y así los tres años que ha estado al frente del gobierno municipal, y faltan otros tres, en lo que a pesar de las promesas, no se vislumbra mejoría, de lo contrario ya hubiera empezado a poner orden.
