MÁS TENSIÓN.
El tema de la migración entre Estados Unidos y México ha sido por décadas una papa caliente y aunque han habido momentos en que los dos países han coincidido, por lo general es motivo de conflicto.
Y a veces, la razón de ello no está necesariamente en la política general de las naciones, sino en las prácticas que aplican los que gobiernan los estados fronterizos.
En este caso, el protagonista de la nota es el gobernador de Texas, Greg Abbott, quien en varias ocasiones ha mostrado una actitud de franca confrontación, incluso con su propio presidente, Joe Biden.
En las últimas horas, fue el propio Abbott quien anunció que Texas va a construir un campamento militar en su frontera con México, en donde planean albergar alrededor de mil 800 soldados de la Guardia Nacional de ese estado.
Esta fuerza militar, que prácticamente es un pequeño ejército, será usada para reforzar la línea divisoria entre ambos países, en particular en la zona de Eagle Pass, donde el republicano ordenó colocar una barrera de boyas sobre el Río Grande.
De hecho, esta última medida generó una batalla con Joe Biden y también el propio Andrés Manuel López Obrador mostró su inconformidad con la medida.
El gobierno texano también tomó el control de un parque en Eagle Pass como parte de la Operación Estrella Solitaria, lanzada en el 2021.
Cierto es que la criminalidad en la frontera es un asunto preocupante, sin embargo, estas medidas radicales adoptadas por Abbott sólo han ido complicando día con día la relación entre Estados Unidos y México en temas migratorios.
No ayudan en nada las soluciones unilaterales, debe ser un esfuerzo de ambos lados de la frontera.
