UNA VEZ perfilada la pérdida de registro local para unos 15 partidos políticos de Morelos, se confirma que darle reconocimiento oficial a 12 nuevos fue un desvarío, una costosa aventura de Doña Democracia Mexicana.
Tan solo en financiamiento, los partidos de nueva creación quemaron 20 millones 249 mil 943 pesos, salvo honrosas excepciones, con porcentajes de votación terribles, como el 0.4 del Partido Apoyo Social.
No fue el de Diego Gómez la única burla de nuevo partido político, también Bienestar Ciudadano (0.6% de votación), Fuerza Morelos (0.7%), Futuro (0.8%), Podemos (0.8%) y Armonía (0.9%).
NO FUE en dinero la única costosa desventura de Doña Democracia, pues la aparición y falso concurso de 12 nuevos partidos generó vanas expectativas sociales de mayor apertura a la participación ciudadana.
Frente a la añeja molestia social por el control ejercido entre dos-tres partidos políticos, la apertura a más jugó a que se rompía la hegemonía, pero los nuevos no tuvieron representatividad o fueron satélites.
Apenas puede creerse que entre 23 partidos políticos que concursaron en el reciente proceso pudiera haber también 23 diferentes opciones de principios ideológicos, proyectos de gobierno y representación social.
DESDE LUEGO es cuasi imposible que en lo que resta de la Legislatura pueda establecerse un nuevo criterio, de mayor rigor, para conceder registro a nuevos partidos políticos, luego de la burla que hemos visto.
Viene a partir de septiembre la nueva Legislatura y es ahí donde los nuevos diputados que anduvieron tocando casas para pepenar el voto, deben ponerse a trabajar para legislar sobre nuevos partidos. ¿Lo harán?
Incluso, habiéndose pronunciado el electorado contra viejos partidos como el PRD (0.94%), PRI (2.88%) y Verde Ecologista (2.89%), tal vez cinco partidos serían suficientes para nuestro sistema electoral.
LA TAREA de enmendar el camino en requisitos para usufructuar un partido político está en decisión de los diputados; hacer que se pongan a trabajar en ello es tarea de la sociedad. A ver cómo llegamos al ’24.
Por: E. Zapata / opinion@diariodemorelos.com / Twitter: @ezapata1