¡COMO PILATOS! Uno al otro se culpan, uno dice que el otro no hizo bien su trabajo, el otro afirma que no le dieron los elementos para hacerlo... Ese es el juego que están jugando el alcalde de Cuernavaca, José Luis Urióstegui; y el fiscal Uriel Carmona Gándara.
Más allá de la triste representación de Pilatos que ambos están haciendo, lavándose las manos para decir que la culpa de una injusticia no es de ellos, los grandes perdedores de este circo son los ciudadanos y las víctimas directas del crimen.
¿Ahora quién va a decirle a las familias de los policías fallecidos (en la balacera en contra de pistoleros ocurrida el pasado 20 de noviembre) que no habrá justicia para ellos?
¿Quién va a decirles que el detenido que había por el caso simplemente se le escapó de las manos a la autoridad?
Es lamentable que las víctimas no tengan la justicia que merecen, pero todavía más que las autoridades encargadas de darle seguridad a la ciudadanía se justifiquen tan fácilmente y dejen todo en un casi... “aquí no pasó nada”.
YA NI LA BURLA... Los diputados de Morelos volvieron a dar muestra de su “buen corazón” y de su increíble desempeño en el cargo, pero sobre todo de su gran sensibilidad para atender a los grupos vulnerables.
De los 20 diputados, sólo la mitad acudieron a la entrega del Premio Estatal para Personas con Discapacidad... Les hubieran dicho que habían algunos cargos por repartir, o algún bono... Igual y así se hubieran interesado más y hasta llegan temprano a la sesión.
Dicen que el pueblo no olvida. Ojalá que de verdad sea aplicado en este caso porque queda claro que muchos legisladores no merecen “servir” al pueblo en ningún cargo.
