DEL TIGRE, la rifa en que participó Fernando Blumenkron Escobar y resultó el ganador, porque debe hacer lo que nadie ha podido: amansar al Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC).
Y tan no es una exageración, que baste saber o recordar que ese organismo morelense trae la segunda deuda más grande de todo el país con la Comisión Federal de Electricidad por más de $100 millones.
Dicen, los que dicen que saben, que Einstein dijo: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Alias, si Fernando busca sacar al SAPAC del atolladero, deberá hacer algo diferente a lo visto.
OTRA RIFA que está en proceso, no muy claro, por cierto, es la del puesto de titular de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización del Poder Legislativo morelense, donde desde ya se acusan dados cargados.
El caso es que esa institución históricamente ha sido mangoneada por intereses extraordinarios a los de su espíritu y misión, es decir por tejes y manejes de orden político-partidista que la han echado a perder.
Quien venga a tomar las riendas no habrá de darse el lujo de servir de tapadera, por ejemplo, a presidentes municipales de uñas largas, como tampoco de cachiporra para “ajusticiar” a personajes adversos al poder.
YA METIDOS en eso de las rifas, la que se dio para la definición del nuevo comisionado estatal de derechos humanos no es asunto menor, habida cuenta de que suele no quedar bien con unos u otros “clientes”.
Con un modesto presupuesto y uno que otro sesgo no razonado hacia la autovictimización, la casa del ombudsman está en riesgo de seguir en el tema de mesa receptora de quejas y administradora de la esperanza.
Suelen ponderarse ahí las cifras de quejas, pero no tanto de lo que resulta en recomendaciones, mucho menos de las que realmente son atendidas por las autoridades señaladas; alias, mucho ruido, pero…
DE RIBETE cómo estarán de polarizados los anhelo en el Congreso doméstico, que es la hora que no se fija ni la fecha para definir a los serán los que encabecen el nuevo periodo de órganos directivos. ¡De horror!
Por: E. Zapata / opinion@diariodemorelos.com / Twitter: @ezapata1