El 9 de julio, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) ordenó el cierre inmediato de las importaciones de ganado vivo —incluidos bovinos, bisontes y caballos— provenientes de México. Esta medida se tomó tras confirmarse un nuevo caso del mortal gusano barrenador en el municipio de Ixhuatlán de Madero, Veracruz, ubicado a unos 595 km al sur de la frontera con EE. UU.
La secretaria de Agricultura estadounidense, Brooke Rollins, explicó que esta acción busca proteger al ganado y garantizar la seguridad alimentaria de su país, ya que la plaga tiene el potencial de provocar daños devastadores si se propaga hacia el norte. En mayo pasado ya se había implementado una clausura similar tras casos detectados en Oaxaca y Veracruz, lo que llevó en esa ocasión a una suspensión de 15 días.
México notificó del brote a través del Servicio Nacional de Sanidad (SENASICA) y ha reforzado acciones como el despliegue de centros para la liberación de moscas macho estériles, una técnica de control biológico que busca interrumpir el ciclo reproductivo del gusano.
La reapertura iniciada el 30 de junio en Douglas, Arizona, estaba programada para expandirse desde el 7 de julio. Sin embargo, este nuevo caso obligó a pausar nuevamente el proceso hasta que se consoliden las medidas sanitarias. Ambas partes están en diálogo para evaluar protocolos, datos recientes y el avance del control de la plaga.
El impacto económico también es significativo: la última clausura provocó pérdidas estimadas en 700 millones de dólares, y unos 650 000 animales quedaron varados en las instalaciones fronterizas, según el Consejo Mexicano de la Carne.

 

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp