En el pico más alto de contagio durante esta cuarentena, cuando suman dos mil 461 casos de virus en el estado y se han registrado 543 defunciones, la Secretaría de Salud informó que existe un incremento en las últimas 24 horas de 102 nuevos contagios, en tanto el registro de víctimas fatales fue de 106.
 Los presidentes municipales de Cuernavaca y Cuautla determinaron abrir hasta los cines, lo que expandirá el contagio de manera exponencial.

El Gobierno del Estado marca responsabilidades y, según sus funcionarios, el decreto publicado en el periódico “Tierra y Libertad” sobre la reapertura de las actividades tiene peso legal y el incumplimiento en el orden municipal implicará la responsabilidad directa sobre las consecuencias del desacato.

Por lo pronto, los científicos del Instituto de Salud Pública señalaron que prácticamente no entienden a la autoridad, que el semáforo rojo es “quédate en casa”; las directivas para reactivación económica deben tomarse ajustadas al sustento científico y tal parece que lo están haciendo al contrario, sin considerar lo que el brazo científico les dice con datos duros sobre el riesgo a la población ante la pandemia.

Se lee en un post que la investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública, Ana Burguete, subió a sus redes sociales este lunes; expresa que “Se siente decepcionada” y así lo publica.
 Y claro que tiene razón, es increíble que en medio de la pandemia desde el gobierno federal les avienten la bola a los estados y así hasta a los presidentes municipales, a los cuales critica y los hace responsables.

Tenemos un Congreso mediocre que finge demencia para no salir lastimado, aunque cada día se mueran más morelenses; lo que les importa a unos y a otros es salir menos lastimados de este problema, en lugar de enfrentarlo de frente.

Por eso, salió el Ayuntamiento de Cuernavaca con la estupidez de que no es impositivo.
 Que se dejen de cuentos y que asuman su responsabilidad, hoy se puede leer en varios medios cómo las cantinas funcionaron el pasado fin de semana y como el Ayuntamiento fingió demencia.
 La estupidez de abrir en la forma que lo hizo es verdaderamente demencial e irresponsable, las consecuencias las veremos en quince días y el alargamiento del semáforo rojo lo tendremos que sufrir todos los demás.

No es entendible, en qué cabeza cabe, que su ambición sea tan grande que existan municipios en rojo que terminen la cuarentena, sin esperar la transición que el semáforo epidemiológico marca; el semáforo no es arbitrario, se basa en un modelo científico que categoriza por colores el nivel de riesgo: rojo para alerta máxima, naranja para alerta alta, amarillo para alerta baja y verde para alerta cotidiana.

La reflexión de nuestro alcalde es que las circunstancias de Cuernavaca no se parecen a las de ninguna otra ciudad del país, y mucho menos a la Ciudad de México.
 Qué novedad, es como descubrir el agua tibia.
 Anunció que el reinicio de actividades económicas, comerciales y de servicios que comenzó ayer se hizo siempre que se atiendan los protocolos sanitarios, y en gran parte debido a que la capital y la administración municipal están quebradas financieramente.

Ni la burla perdonan, les interesa el dinero y no les importa la vida de los habitantes, mientras en las bodegas del Ayuntamiento se echan a perder las despensas que compraron y luego no supieron entregar; la irresponsabilidad la veremos reflejada en 15 días, en los que como hoy seguirán subiendo los casos de contagio y las muertes de cuernavacenses.

Son tan cínicos que ahora resulta que todas las acciones y decisiones han sido “a sugerencia de los especialistas”; los especialistas son del Instituto de Salud Pública que tiene su sede en el municipio.

Es de tal tamaño la metida de pata que ahora salen con la novedad de que el calendario de apertura estará vigente por un periodo de prueba durante 21 días, para aumentar los contagios, y después se evaluará si la corresponsabilidad social permite pasar al siguiente nivel de operaciones comerciales o se regresa a un esquema más riguroso de restricciones.

En serio que esto no pude ser, no pueden ser tan irresponsables y seguir con una línea en la que sea el dinero lo que determine las cosas.
 La situación de la pandemia es verdaderamente grave en la ciudad y, en lugar de buscar solucionar apoyando a los comerciantes en pequeño y a las pequeñas empresas que están tronando, abrieron de manera irresponsable, cuando los contagios son cada día peores en la ciudad.

Sabemos que existen sectores sociales que necesitan trabajar, ¿por qué no apoyarlos con los recursos que gasta el Ayuntamiento en juntas inútiles, publicidad y otras estupideces? El dinero es de Cuernavaca para los cuernavacenses y debería de estar dedicado a dar apoyo a los que en esta etapa de la pandemia lo necesitan, no para desarrollar programas sin la mínima base científica y echarle la culpa a los grupos representativos, y todo dejarlo en la estratósfera donde viven.
 ¿Para qué sirven los regidores de diferentes partidos políticos?, sólo son comparsas y ése no es su papel, por eso son una instancia colegiada; pero con tal de cobrar y seguir con sus privilegios se quedan calladitos.
 Qué tristeza, pobre Cuernavaca.
 ¿No cree usted?

Por: Teodoro Lavín León / lavinleon@gmail.com / Twitter: @teolavin

Cumple los criterios de The Trust Project

Saber más

Síguenos en Google Noticias para mantenerte siempre informado

Sigue el canal de Diario De Morelos en WhatsApp