El 18 de junio pasado, María Emilse Molina, de 48 años, fue sentenciada a 13 años de prisión en la Cámara del Crimen de Villa Dolores, marcando el cierre de un caso que ha sacudido a la provincia de Córdoba, Argentina, y al país entero. Este crimen, conocido como "el caso de la olla macabra", involucró el asesinato y descuartizamiento de su ex pareja, Omar Eduardo Cabrera, de 58 años, en mayo de 2024, y ha generado debates sobre la justicia y la pena aplicada.
Los hechos del crimen
El 1 de mayo de 2024, Omar Eduardo Cabrera fue reportado como desaparecido, lo que movilizó a su familia y a las autoridades en la localidad de Nono, en la región de Traslasierra, Córdoba. La investigación reveló un escenario de extrema brutalidad: María Emilse Molina, quien mantenía una relación ocasional con Cabrera, lo golpeó mortalmente con un palo de amasar, causándole un traumatismo craneoencefálico con hemorragia cerebral. Posteriormente, descuartizó el cuerpo con un cuchillo de carnicero, hirvió partes del cuerpo en ollas, presumiblemente para deshacerse de los restos, y dispersó los restos en bolsas negras cerca del dique La Viña, en la zona de Las Rabonas. Este método de ocultamiento, descrito como "escalofriante" por los medios locales, complicó las investigaciones iniciales, prolongando el sufrimiento de la familia de Cabrera.
La fiscal Analía Gallarato lideró la investigación, encontrando evidencia clave como la tarjeta de débito de la víctima en la casa de Molina y compras recientes de las bolsas, lo que llevó a su detención. Bajo interrogatorio, Molina confesó el crimen y guió a los investigadores hasta los lugares donde había dispersado los restos, facilitando un juicio abreviado.
El proceso judicial y la Sentencia del 18 de Junio de 2025
El juicio se llevó a cabo en Villa Dolores, con la fiscalía inicialmente acusando a Molina de homicidio calificado por codicia, un cargo que podría haber resultado en prisión perpetua. Sin embargo, tras un acuerdo entre el fiscal Sergio Cuello, el abogado defensor Joaquín Contrera y la homologación del juez Santiago Camogli, la acusación fue reducida a homicidio simple, lo que permitió una sentencia de 13 años de prisión. El 18 de junio, durante la audiencia, Molina, visiblemente cabizbaja y acompañada por personal del Servicio Penitenciario de Bouwer, reconoció el crimen y declaró: "Reconozco el hecho y pido perdón." Esta confesión, junto con la falta de antecedentes penales de Molina, influyó en la decisión de optar por un juicio abreviado, evitando un proceso más largo y complejo. La sentencia quedó firme, sin recursos de apelación, y Molina comenzó a cumplir su pena en la Cárcel de Mujeres de Bouwer.
Contexto y antecedentes
María Emilse Molina y Omar Eduardo Cabrera compartían un vínculo laboral y personal. Ambos trabajaban en un restaurante en Arroyo de los Patos, donde ella era cocinera y él mesero. Su relación era ocasional, pero se sabía que Cabrera le había prestado dinero a Molina en el pasado, lo que podría haber generado tensiones económicas. Aunque no se confirmó oficialmente, la fiscalía inicialmente consideró la codicia como un posible móvil, dado que se encontraron indicios de disputas relacionadas con dinero. La comunidad de Nono, conocida por su tranquilidad, quedó conmocionada. Vecinos y familiares de Cabrera describieron el caso como un "acto de barbarie" que rompió la paz de la región. Los medios destacaron la crueldad del crimen, mientras que en X, usuarios como @DiarioPuntal y @elpatagonico compartieron actualizaciones, reflejando el impacto nacional.
Controversia y reflexión
La sentencia de 13 años ha generado controversia. Algunos consideran que es una pena leve para la gravedad del crimen, mientras que otros ven el juicio abreviado como una forma de agilizar la justicia. Este caso resalta la importancia del trabajo de las fuerzas de seguridad y la justicia en la resolución de crímenes de alta brutalidad, asegurando que los responsables enfrenten consecuencias. Además, pone en relieve la necesidad de abordar tensiones económicas y relaciones conflictivas que pueden escalar a violencia extrema.