Los delincuentes que intentaron asesinar al empresario restaurantero Eduardo Beaven Magaña, en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), tenían más de un mes cazando a su víctima, revelaron los primeros avances en la investigación luego de que se capturó a "El Alemán", líder de la célula delictiva de La Unión, y se encontraron entre sus pertenencias fotografías del empresario.

También localizaron al menos cuatro rutas que seguía el empresario en distintos GPS y teléfonos celulares en poder de los detenidos; esos caminos eran los que constantemente utilizaba el empresario para ir a reuniones, comidas o visitar a sus familiares y círculo cercano en la Ciudad de México e incluso en Cancún, donde la víctima tenía varios negocios del mismo ramo.

Trascendió que a Donovan y a su compañero —quien lo abandonó cuando la escolta del empresario repelió el ataque—, les pagarían 2 mil pesos.

Las autoridades capitalinas descartan que los móviles de este atentado sean la extorsión o el robo, pues aparentemente se trató de un ataque directo relacionado “con las actividades del empresario”, reveló un agente cercano al expediente, en el cual también se asentó que Eduardo Beaven Magaña, de 53 años, estaba por abrir este mes 15 restaurantes en la zona turística de Cancún, Quintana Roo.

Luego de la agresión, se dio a conocer que la mañana de ayer domingo, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) en coordinación con la Marina y personal de la Policía de Investigación (PDI) de la fiscalía capitalina lograron la detención de cuatro personas más relacionadas con el atentado al empresario.

Según información proporcionada por la dependencia preventiva, los detenidos están vinculados con un grupo delictivo dedicado a la extorsión, secuestro y venta de droga.

Los imputados fueron identificados como Rogelio “R”, alias El Memín; Lesli “N”, alias La Lu; María del Carmen “R”, La Carmencita, y Geovany “M”, El Alemán, quien supuestamente es el jefe de sicarios de esta célula que controlaba a varios subgrupos delincuenciales en la Ciudad de México y el Estado de México.

Está célula se dedicaba también al sicariato, es decir, eran contratados por grupos criminales preponderantes —o cualquiera que pudiera pagar sus honorarios— para asesinar personas.

Por lo anterior, un juez de Control ordenó los mandatos ministeriales para realizar cateos en dos inmuebles. El primero se llevó a cabo en la colonia Xoco, en la alcaldía de Benito Juárez, donde se detuvo a un hombre de 30 años con 101 envoltorios de droga y una bolsa con yerba.

En el segundo domicilio, en la colonia Exhipódromo de Peralvillo, se aseguraron 180 bolsas con polvo blanco. Se ubicó un tercer inmueble en Iztacalco. En los tres se hallaron fotografías del empresario agredido en el AICM.

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