En un mundo donde la búsqueda del amor a veces se torna en una obsesión, expertos señalan que detrás de estos sentimientos intensos se esconde, a menudo, una lucha interna contra la baja autoestima. “Nuestra obsesión por una persona proviene de una sensación de vacío interior, de una falta de estima por nosotros mismos, de un miedo a no poder arreglárnoslas solos”, advierte Monica Areddia, (psicoterapeuta cognitivista) resaltando cómo estas emociones pueden condicionar nuestra capacidad de establecer relaciones sanas.

El análisis se enriquece con la perspectiva de Luca Pierleoni, quien destaca que la baja autoestima no solo nos impulsa hacia un amor imposible, sino que también puede hacernos sentir poco queridos. Según Pierleoni, (sexólogo y presidente de la Asociación Italiana de Sexología y Psicología)

 “el miedo a la intimidad nos impulsa a evitar las relaciones recíprocas. Las experiencias pasadas y la idealización del otro complican aún más la situación, creando un ciclo de deseo y sufrimiento”. Este ciclo vicioso, alimentado por heridas emocionales no sanadas, se convierte en una trampa difícil de romper, en la que el anhelo de amor se mezcla con el temor de acercarse realmente a otro ser humano.

Para salir de este laberinto emocional, algunos expertos sugieren adoptar medidas que pueden parecer contraintuitivas, como limitar la confrontación directa con la persona objeto de nuestra obsesión o, incluso, romper el contacto. “A veces es necesario dar un paso atrás, incluso a costa de lo que parece ser lo más difícil, para cortar con ese ciclo que nos atrapa”, explica Pierleoni. Según él, esta ruptura, junto con una reflexión profunda sobre los “beneficios secundarios” que obtenemos de mantener estas relaciones disfuncionales, es esencial para comprender por qué nos aferramos a amores imposibles.

La propuesta final de Pierleoni es clara: buscar ayuda profesional puede marcar la diferencia. Un especialista en salud mental puede ayudar a explorar estas dinámicas internas, recuperar el equilibrio y, en última instancia, abrir la puerta a relaciones más saludables y satisfactorias.

En definitiva, la obsesión amorosa no es solo una cuestión de sentimientos intensos, sino el reflejo de un vacío interior que precisa ser atendido. Solo al trabajar en la autoestima y enfrentar los miedos internos, podremos liberarnos del ciclo del amor imposible y construir relaciones genuinas, basadas en la reciprocidad y el respeto mutuo.

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