Segunda parte
Zacatepec.- Momentos difíciles vivió el morelense Carlos Ochoa Neria cuando dejó atrás a su familia y amigos. A diez años de distancia, ‘Gigio’ recuerda lo que fue su llegada a Monterrey para iniciar su carrera profesional.
Con tan solo 12 años, el futbolista tomó una maleta ‘llena de sueños’, los cuales se siguen cumpliendo con su reciente fichaje al Atlético Zacatepec
“Recuerdo que los primeros seis meses en Monterrey me la pasaba llorando en mi cuarto. Antes de irme le marqué a mi mamá para decirle que sentía que me estaban abandonando; después fui entendiendo que era lo mejor para mí”, contó en exclusiva a Diario de Morelos.
Abriendo las puertas de su hogar, Ochoa Neria aseguró que el motor para realizar su sueño lejos de casa ha sido su familia, por lo que debutar en la División de Plata en el ‘Coruco’ frente a ellos será darles algo de lo mucho que han hecho por él.
“Han sacrificado muchas cosas por ir a verme a otros lados y será un momento especial que me vean debutar en mi casa (‘Coruco’) y en el Ascenso.
“La que siempre me llevaba a entrenar y a los partidos fue mi abuelita. No han sido fáciles todos los sacrificios que ha hecho mi familia; a mis hermanos gracias por al apoyo que me han dado y en especial a mi madre que se lo debo todo”, declaró con lágrimas en los ojos.

ASÍ EMPEZÓ TODO
Con fotografías de su infancia y recortes de periódicos que marcan el recorrido de su carrera, Carlos recordó los lugares donde inició. Canchas como la del Ingenio, Granjas Tetelpa y el Cisneros, que en su momento eran de tierra, hoy lucen diferentes para ‘Gigio’, pero de las que conserva grandes recuerdos.
“Siempre me la vivía jugando futbol. Daban las once de la noche y seguía jugando, mi familia me buscaba y el único lugar donde me encontraban era en una canchita donde hacíamos las retas”, recordó Carlos.
Al igual que los lugares donde ya dejaba ver su talento, y tras un recorrido por las principales calles de Zacatepec, Carlos reconoció que el panorama no es el mismo del que recuerda de hace diez años.
“Se ve muy diferente todo de cómo lo recuerdo, la iglesia, el estadio, muchas calles cambiadas y eso me da gusto que el pueblo siga creciendo.
“Recuerdo que salía de la escuela y me venía para acá con mis amigos (canchas). Son recuerdos que te llegan y te ponen chinita la piel. Saber que vuelves a casa con la gente que quiero y con mis amigos”, concluyó.

Una de las mayores satisfacciones que le ha dado el futbol al morelense Carlos Alberto Ochoa es la de representar a la Selva Cañera y a México fuera del país.
El reciente fichaje de los Cañeros del Zacatepec recordó uno de los momentos que más han valido la pena, tras dejar su casa y a sus seres queridos.
“Fue una llamada sorprendente no me lo esperaba, cuando me dijeron en Monterrey que iba a Selección no me la creía. Representar a tu país, cantar el himno es algo magnífico.
“Ir a Europa a jugar contra otros países de verdad que significa mucho, se te enchina la piel y te dan ganas de llorar”, describió en entrevista.
Algo que también llena de orgullo y alegría a ‘Gigio’ es el reconocimiento que le tiene la gente del municipio de Zacatepec, quienes ponen parte de sus esperanzas en el morelense para que el equipo logre regresar a la Primera División.
“La mayoría (de vecinos) ya sabe que regresé y cuando me los encuentro en la calle me dicen que están contentos de que venga para acá y que tengo que dar mi máximo esfuerzo siempre y que me muera en la raya por el equipo”, reconoció el delantero de 22 años de edad.
Por último, el ex jugador de Chivas y Rayados espera ver a más paisanos integrándose a la plantilla de los Cañeros, pues considera que hay talento.
“Zacatepec es un pueblo muy futbolero y que saca a muchos futbolistas, desde el propio barrio se ve la competencia que existe”, finalizó.

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