En Cuernavaca, Morelos, se cuenta la historia de Josefa Saldaña, una mujer cuya belleza y vanidad la convirtieron en protagonista de una de las leyendas más fascinantes de la región. Conocida como La Dama de los Espejos, su obsesión con su propia imagen la llevó a pedir un inusual último deseo: ser enterrada rodeada de espejos.
La mujer que amaba su reflejo
Josefa era reconocida por su extraordinaria belleza y su larga cabellera, la cual pasaba horas peinando mientras admiraba su reflejo. Lo que la llevó a desarrollar una profunda fascinación por su imagen.
Cuando en 1938 fue diagnosticada con una enfermedad terminal, Josefa hizo una petición a su esposo: que, al fallecer, la enterrara en una tumba rodeada de espejos y acompañada de sus joyas más valiosas. Quería asegurarse de seguir admirando su belleza incluso en la muerte.
La tumba en el Panteón de La Leona
Respetando su última voluntad, su esposo mandó construir una imponente tumba en el Panteón de La Leona, en la colonia Carolina de Cuernavaca. Este mausoleo, adornado con esculturas de ángeles y múltiples espejos, se convirtió en una de las tumbas más llamativas del cementerio.
Sin embargo, con el paso de los años, el brillo de su sepulcro comenzó a desvanecerse, y lo que una vez fue un símbolo de su vanidad, hoy yace en el abandono.
Apariciones y relatos sobrenaturales
La historia de Josefa no terminó con su entierro. Con el tiempo, comenzaron a circular relatos de personas que aseguraban haber visto a una mujer de gran belleza salir del panteón durante la noche.
Según la leyenda, misteriosa dama aparecía en las calles cercanas al cementerio y tomaba taxis, pidiendo ser llevada a su antigua residencia. Sin embargo, al llegar al destino, desaparecía sin dejar rastro.
Un legado entre el mito y la realidad
Con el paso del tiempo, La Dama de los Espejos se ha convertido en parte del folclore de Cuernavaca, un relato que mezcla historia, misterio y lo sobrenatural. Su tumba, aunque desgastada por los años, sigue siendo un punto de interés para quienes buscan conocer más sobre las leyendas de la ciudad.
Más allá de la veracidad de los relatos, la historia de Josefa Saldaña es un reflejo de cómo el recuerdo y las creencias populares pueden mantener viva la esencia de una persona, incluso mucho después de su muerte.