En días recientes, una declaración pública de la activista y conferencista Saskia Niño de Rivera encendió el debate en redes sociales, medios de comunicación y mesas familiares: el hijo que actualmente gesta fue concebido a través del esperma de su hermano y el óvulo de su esposa, Mariel Duayhe.
La noticia, difundida por la propia Saskia en entrevistas y transmisiones en vivo, ha desatado una ola de críticas, preguntas médicas, dilemas éticos y comentarios discriminatorios. Pero, ¿qué hay realmente detrás del caso? ¿Es legal? ¿Es médicamente seguro? ¿Por qué ha generado tanta indignación?
Este reportaje busca desmenuzar los hechos confirmados, separar el juicio moral de la información y contextualizar una historia que, aunque insólita para muchos, forma parte de una conversación global sobre nuevos modelos familiares.
La historia en sus palabras
Saskia Niño de Rivera es una figura pública ampliamente reconocida por su labor en derechos humanos, particularmente en temas penitenciarios. En una reciente entrevista reveló que su segundo hijo fue concebido mediante fertilización in vitro, utilizando el esperma de su hermano y el óvulo de su esposa.
“Cuando salí del clóset, mi hermano sabía que yo deseaba profundamente volver a ser madre, y me ofreció su esperma”, dijo Saskia.
La decisión no fue improvisada: según relató, su hermano le ofreció el apoyo en cuatro ocasiones distintas antes de que ella y su esposa tomaran la decisión.
El procedimiento fue claro: el óvulo de Mariel fue fecundado con el esperma del hermano de Saskia, y el embrión fue implantado en el útero de Saskia, quien actualmente lleva el embarazo. El objetivo: tener un hijo "genéticamente de ambas", como señaló la activista.
¿Qué dice la ciencia?
Una de las principales inquietudes que surgieron en el debate público fue si el bebé podría nacer con problemas genéticos derivados de la consanguinidad. Sin embargo, médicos especialistas consultados por diversos medios han aclarado que no existe ningún riesgo inherente en este caso.
¿Por qué? Porque no hay consanguinidad entre el óvulo y el esperma. Aunque Saskia sea hermana del donador y la gestante del embrión, la combinación genética real está entre su hermano y su esposa, quienes no tienen relación biológica. Esto excluye los riesgos propios de la consanguinidad directa.
En muchos países —incluido México— este tipo de procedimiento no está prohibido explícitamente, aunque sí puede generar dilemas éticos que dependen del marco legal de cada estado, las clínicas implicadas y el consentimiento informado.
¿Qué tan común es?
En países como Estados Unidos, Canadá o el Reino Unido, el uso de donaciones familiares (incluso entre hermanos o primos) no es inusual en contextos de reproducción asistida, especialmente en comunidades LGBTQ+. Lo que hace distinto este caso es la visibilidad pública de quienes lo protagonizan y el grado de intimidad familiar implicado.
Expertos en bioética señalan que mientras exista consentimiento y no se viole ninguna ley local, este tipo de decisiones son perfectamente válidas dentro de la autonomía reproductiva.
La frase que encendió el fuego
Pese a la claridad médica y legal, la conversación se desvió bruscamente cuando resurgió un fragmento de una entrevista de abril de este año, donde la conductora Dalia Castella confrontó a Saskia con una frase que, sacada de contexto o no, ha sido objeto de fuerte crítica:
“Lo que sea por no adoptar a un niño sudamericano, centroamericano, ¿no? Lo que sea con tal de no tener un chinito en tu casa.”
Aunque la activista no pronunció estas palabras, su reacción y falta de desmentido directo durante el fragmento generaron acusaciones de clasismo y racismo, abriendo un frente paralelo de polémica.
