Cuernavaca, MORELOS.- El Día de la Santa Cruz, también conocido como el Día del Albañil o la Fiesta de la Cruces, tiene sus orígenes desde antes de la llegada de los españoles, ya que por estas fechas los pueblos originarios comenzaban con las ofrendas y tributos para sus dioses y para la tierra, con la finalidad de recibir un buen temporal de lluvias, además de una buena temporada para sus cosechas.

Con la llegada de la religión católica al continente y después de la evangelización, la celebración comenzó a mezclarse con el ‘Día de la Santa Cruz’, fecha en la cual para el catolicismo Helena de Constantinopla encontró la cruz donde, se supone, Jesús fue crucificado
 La migración de los campesinos a las zonas urbanas hizo que esta tradición también migrara con ellos a sus nuevos lugares de trabajo, y lo que era una petición para las buenas cosechas se transformó en una forma de pedir protección y salud para los trabajadores de las obras.
Es por eso que hoy los más de 2 millones (según un informe del INEGI) de albañiles en México detienen las construcciones o trabajan medio día para el festejo y la celebración de este día.

"Es nuestro día de fiesta y de festejo, aunque el patrón no nos celebre, nos agarramos el día y traemos la cruz, para que nos proteja, para que nos cuide en las alturas, porque este trabajo es peligroso.” Gustavo Velázquez, maestro albañil.

Por: Salvador Rosas / local@diariodemorelos.com

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