El arte es inherente a toda sensibilidad humana, a su cultura y evolución. A lo largo de la historia no ha habido época sin manifestaciones artísticas.
Cuernavaca es asiento de prehistóricas pinturas rupestres que han quedado plasmadas en cuevas, una al norte y otra al sur de este municipio, y desde entonces hasta nuestros días, la ciudad ha contado con grandes artistas que han ido llegando a inspirar su talento para darlo al mundo; como lo dijo el escritor y filósofo Alfonso Reyes cuando escribió;
“A Cuernavaca voy, dulce retiro,
cuando, por veleidad o desaliento
cedo al afán de interrumpir el cuento
y dar a mi relato algún respiro.
A Cuernavaca voy, que sólo aspiro
a disfrutar sus auras un momento:
pausa de libertad y esparcimiento
a la breve distancia de un suspiro.
Ni campo ni ciudad, cima ni hondura;
beata soledad, quietud que aplaca
o mansa compañía sin hartura.
Tibieza vegetal donde se hamaca
el ser en filosófica mesura…
¡A Cuernavaca voy, a Cuernavaca!
No sé si con mi ánimo lo inspiro
o si el reposo se me da de intento.
Sea realidad o fingimiento, ¿a qué me lo pregunto, a qué deliro?
Básteme ya saber, dulce retiro
que solazas mis sienes con tu aliento:
pausa de libertad y esparcimiento
a la breve distancia de un suspiro.
El sosiego y la luz el alma apura
como vino cordial; trina la urraca
y el laurel de los pájaros murmura;
Vuela una nube; un astro se destaca,
y el tiempo mismo se suspende y dura…
¡A Cuernavaca voy, a Cuernavaca!
Y es así como paradójicamente fueron llegando artistas, unos ya famosos, y otros que aquí labraron su fama, y Cuernavaca se convirtió en ciudad mundial de la cultura, cuando llegaron los más grandes literatos como Malcom Lowry y el propio Reyes, los más grandes muralistas como Rivera, Siqueiros y Tamayo, grandes músicos como Julián Carrillo y Charles Mingus; arquitectos como Candelas, actores de cine y teatro, la lista es larga; por mencionar algunos vecinos de Avenida Palmira; la “Doña” María Félix, el historietista y escritor Don Abel Quezada, la más destacada pintora del Art Déco Tamara de Lempika. Y porqué no, mencionar condesas y hasta un emperador.

Desde Cuernavaca salió al mundo la obra de nuestro finado amigo Víctor Contreras y del no menos famoso maestro Víctor Hugo Castañeda al que hoy se le reconoce por haber donado esta escultura, porque agradecer sería protocolario, hoy, el maestro trasciende. Llegó a esta ciudad hace cuarenta años que lo han cobijado e inspirado, desde su temprana edad ha estado involucrado en el arte, procede de una familia de escultores, ebanistas, y santeros, en 1969 comenzó a trabajar con maestros de renombre internacional como Francisco Zúñiga, e inicia su carrera artística en la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” del Instituto Nacional de Bellas Artes.
En agradecimiento a la ciudad, el maestro, ha tenido a bien donar esta magna escultura “Plenitud”, que como otras suyas han trascendido fronteras y ahora se encuentran en distintos lugares públicos, privados y colecciones importantes de Estados Unidos, Canadá, Europa, y en
México una de sus principales colecciones se encuentra de forma permanente en la “Galería Castañeda” en Hostería las Quintas, donde sus obras son reconocidas por críticos, y aún por gente común, porque el arte no requiere de conocimientos artísticos ni de plasticidad, sus obras expresan equilibrio y estética naturales.
Parodiando a Federico García Lorca; “Está bien que la gente coma, Pero también está bien que la gente alimente su espíritu” en este caso con obras de arte en lugres públicos.
Las obras del maestro Castañeda siempre son motivo de celebración porque siempre condensan ideas, reflexiones y polémicas, que invaden el espíritu.
Un reconocimiento al Cabildo de la Ciudad por haber gestionado los recursos para la remodelación de la glorieta de Avenida Palmira, su iluminación, la reactivación de su fuente para la colocación de esta obra titulada “PLENITUD” donde espléndida ya se puede apreciar por gestión de quien esto les escribe.
El texto de la placa, dedicado a la mujer en su plenitud, y que ha sido la inspiración del maestro, es de Javier Cervantes Medina.
La inauguración fue en un acto con nutrida presencia de los vecinos organizados de Avenida Palmira como Clau Zamudio, Yolanda -Pitti- Tabone, Lucia Ruanova Abedrop, Lulú Gutiérrez Legorreta, Jesús Limochi, José Luis Gracia, Luis Saavedra, Pepe Castillo, Bertha González, Olga y Lourdes Villeda.
Este jueves pasado la ciudad hizo historia gracias al maestro Castañeda.
Gracias por su apoyo al grupo que presido “Por el rescate de la historia y la crónica de Cuernavaca”, conformado por Marcos Manuel Suárez Gerard, Claudio Sergio Aponte Rojas, Ana Laura Ortega, Silvia Elena Gutiérrez, Isaac Pilatowski, Jose Sigona, Rocío García de Sigona, Francisco Rubí, Roberto Abe Camil y Marc Pariente.
*Carlos Lavín Figueroa ¡Hasta la próxima!
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