A ciento dos años, la Constitución de 1917 sigue marcando la ruta para combatir la desigualdad, la pobreza, y lograr el desarrollo económico en beneficio y para el bienestar de todos, para eso fue hecha, y no para unos cuantos, el eterno reto ha sido llevarla a la práctica, reto que no se ha logrado.
La constitución ya no responde, urge una nueva que sea congruente con los tiempos que vivimos, lo he venido comentando desde hace décadas y lo acaba de declarar el presidente de México, aunque de momento se lavó las manos al decir que eso corresponde a las futuras generaciones. Pero no descartemos que en este sexenio se lleve a cabo una iniciativa para cambiar la Constitución. Aunque más funcionaría dar cursos continuos e intensivos de ética por parejo a los tres poderes, pero, se han dado y no han funcionado, más bien se requieren leyes más severas a funcionarios corruptos, y que se apliquen a cabalidad. La actual Constitución, se ha ido acomodando a intereses de grupos y no del pueblo, y aunque en algunos casos así ha sido, no se ha cumplido.  
Nuestra Constitución, aprobada en 1917 en Querétaro, contiene 136 artículos, y hasta el año pasado había recibido mas de setecientas reformas, cuando se aprobó constaba de 21 mil palabras, actualmente tiene más de 111 mil, lo que nos da una idea de como se ha ido transformando. Si la comparamos con la de Estados Unidos, promulgada en 1787 por la Convención de Filadelfia -130 años antes que la nuestra- hasta la fecha, tiene solamente 27 enmiendas, la nuestra, a partir de 1982 empezó a tener cambios de manera masiva, solo en el sexenio pasado tuvo 155 modificaciones. Se le han introducido -así- decenas de organismos autónomos, entre ellos; de Transparencia, Fiscalía General y Fiscalía Anticorrupción, pero han servido solo en papel y para legitimar delitos.
El Artículo 6º habla del derecho a la información y transparencia, surge debido a que los servidores públicos no hacen su trabajo correctamente y se tuvo que agregar para que los obligue a dar información que por voluntad propia no hacen. El 8º en derecho de petición, sigue sin cumplirse, ya que cuando se solicita un servicio, documento o información ni siquiera contestan, les corresponda o no les corresponda, aquí todos violan la Constitución. El 11º sobre el derecho al libre tránsito, ya hace años se ha insistido en que los cobros en las casetas no han servido para mantenerlas en buen estado, y es que este dinero va a bolsillos de particulares. El Articulo 16 dice que nadie puede ser molestado en su persona y en sus posesiones salvo orden judicial, es violado tanto en casas particulares como con los retenes donde piden que te bajes de tu auto para hacer un cateo. Los artículos 19 -reformado hace dos días- y 20 sobre los procesos penales hablan de la prisión preventiva y la presunción de inocencia, valen para nada, porque el que no tiene dinero, no puede defenderse y permanece en prisión años aun siendo inocente o por haber robado artículos de poco valor. Ante todo esto, el artículo 39 dice que la soberanía reside en el pueblo y que todo el poder publico emana del pueblo, que se instituye para beneficio del mismo, que en todo momento tiene el derecho de poder alterar y modificar la forma de su gobierno; pero son los partidos los que nos dan a escoger a sus candidatos, además, el 41 habla de que el pueblo se regirá a través de los Tres Poderes de la Unión, para eso se vota por el legislativo y el ejecutivo, y ahí es donde la puerca tuerce el rabo, porque actúan a interés propio. Ya se modifico la Ley para que también, los altos puestos del poder judicial sean instaurados de manera democrática, pero por los representantes ante los congresos, donde siempre hay negociaciones y arreglos en lo oscurito. Así, vemos que la Constitución ha ido cambiando, pero la percepción del ciudadano en un 70 por ciento -según encuestas de la UNAM- es que es inadecuada, que poco o nada responde a las necesidades de nuestro país, no está cumpliendo para lo que fue hecha a pesar de las mas de 700 modificaciones que ha sufrido, más las que vienen.
Estamos siendo supuestamente representados por diputados y senadores que se representan a sí mismos o si acaso a sus partidos porque también los traicionan, recibiendo prebendas y órdenes, sin importar perjudicar al ciudadano; FOBAPROA, gasolinazos, que, somos los ciudadanos los que los pagamos, es notorio que las gasolinas han elevado su precio para cubrir el huachicoleo oficial y el vandálico de más del 30 por ciento de la producción, eso es lo que ha encarecido los combustibles y por ende el sustento de la vida diaria, un delito de lesa humanidad. Pero, las promesas justicieras han quedado atrás, se perdona a los delincuentes de cuello blanco. No tenemos las instituciones que queremos, se requiere que el ciudadano común participe en puestos públicos y no dejar en manos de mañosos el futuro de los pueblos.
Así que hay que participar en política sin caer en lo que hoy se entiende por político.  
P.D. Hasta el otro sábado.

Por: Carlos Lavín Figueroa / carlos_lavin_mx@yahoo.com.mx

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