La FIFA ha generado críticas al firmar un contrato de patrocinio con el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita (PIF), que también es propietario mayoritario de varios clubes, incluyendo al menos uno clasificado al Mundial de Clubes 2025, lo que plantea un evidente conflicto de intereses.
El torneo, que se disputará en Estados Unidos del 14 de junio al 13 de julio de 2025 en su nueva versión de 32 equipos, contará con el PIF como patrocinador oficial, a pesar de que este fondo controla clubes como Al‑Hilal, Al‑Nassr, Al‑Ittihad y Al‑Ahli, todos presentes en la competición, además de ser accionista mayoritario del Newcastle United.
Esta situación ha sido calificada como una “doble moral” por analistas y aficionados, quienes señalan que la FIFA aplicó con rigor la norma de multipropiedad al rechazar al Club León —excluido pese a haber ganado la Concacaf Champions Cup 2023—, mientras que el PIF, con intereses similares, no enfrenta restricciones.
La exclusión del León —vinculado también a Pachuca— fue confirmada tras apelaciones ante FIFA y el TAS, mientras que la decisión de asociarse comercialmente con el PIF no ha encontrado resistencia por parte del organismo rector del fútbol .
Expertos críticos advierten que esta disparidad evidencia un uso selectivo de las reglas, aplicado de forma severa contra algunos, pero dejándolas flexibles ante los grandes patrocinadores. Además, la controversia ocurre en un contexto de creciente influencia saudí: ellos no solo aseguran derechos de anfitriones futuros como el Mundial 2034, sino que financian clubes y ahora patrocinan directamente torneos internacionales.
