A sus 26 años, Daniel Maldonado inauguró su primera exposición individual en la galería de la cafetería Ukiyo, un espacio que apoya a artistas emergentes. La muestra, titulada “Tecnogénesis: Ontología de la fiera doméstica”, reúne imágenes simbólicas que surgen del pensamiento crítico, la literatura y el análisis social.
El estudiante de Artes Visuales en el Centro Morelense de las Artes construye sus piezas a partir de conceptos que elabora tras leer y reflexionar sobre textos filosóficos, tecnológicos, sociológicos y psicológicos. A partir de esas ideas (muchas veces vinculadas con temas ambientales, políticos o afectivos) da forma a universos visuales en los que lo mítico y la distorsión se funden.
“Primero escribo. Luego, las ideas que nacen se transforman en imágenes. Cada pieza nace de un concepto. Para mí, la lectura y la escritura son la base del proceso artístico”, explica. En su obra aparecen paisajes sombríos, criaturas fantásticas y atmósferas envolventes que invitan a perderse. A través de ellas, el artista intenta representar esa complejidad del mundo que no se puede nombrar del todo, pero sí imaginar.
Maneja técnicas como el dibujo con carbón, las aguadas, el óleo y el acrílico en gran formato, aunque insiste en que la materia prima más importante en su trabajo sigue siendo el pensamiento. “Esta exposición reúne lo que he trabajado desde que ingresé a la carrera. Verlo ahora materializado me resulta profundamente satisfactorio”, afirma.
Antes de decidirse por el arte, Daniel estuvo a punto de ingresar a una carrera militar. Fue durante la pandemia cuando, al detenerse el ritmo del mundo, tuvo la oportunidad de escucharse a sí mismo. “Me di cuenta de que, sin importar el lugar, siempre dibujaba, pintaba o escribía. Nunca lo había notado. Entonces decidí tomar en serio lo que verdaderamente me movía”, cuenta.
Aunque reconoce que el camino del arte muchas veces no se elige de manera consciente, sí se siente impulsado por una necesidad interna de expresar lo vivido: “Mi historia familiar y personal ha estado marcada por experiencias difíciles. Eso me hizo ver la realidad como algo complejo, pero no necesariamente oscuro. Esa complejidad es la que intento explorar en mis piezas”.