En los años 80, el mundo de la música pop fue sacudido por una propuesta única y extravagante: Locomía, un grupo español que conquistó Europa y América Latina con su estilo andrógino, trajes llamativos, coreografías teatrales y el característico uso de abanicos. Su éxito fue rotundo, pero para uno de sus integrantes, la fama tuvo un alto costo.

Luis Font, quien fue parte del grupo desde su adolescencia, vivió una transformación radical: de los escenarios internacionales y los reflectores, pasó a enfrentar la dura realidad de la calle. En una reciente entrevista para el programa Ventaneando, el exintegrante relató cómo, años después de dejar la agrupación, cayó en una profunda depresión y terminó viviendo en situación de calle en Madrid.
“Con lo poco que sacaba, comía… lo básico”, recordó Font sobre el tiempo que pasó cantando en el metro para sobrevivir.
Locomía nació en Ibiza, España y fue fundado por Xavier Font, hermano de Luis. El grupo mezclaba música pop con moda y performance, rompiendo moldes en una industria que pocas veces había visto una propuesta tan audaz. Canciones como “Locomía”, “Rumba, Samba, Mambo” y “Loco Vox” se convirtieron en himnos de una generación y les abrieron las puertas en países como México, Brasil, Argentina y gran parte de Europa.
Luis Font se unió a la banda cuando tenía apenas 16 años. Sin embargo, la aparente vida glamorosa escondía tensiones internas. La relación con su hermano Javier (también conocido como Xavier), quien lideraba el grupo y tomaba las decisiones creativas y financieras, se fue deteriorando con el tiempo. Según Luis, aunque la banda generaba grandes ingresos, los integrantes recibían muy poco y vivían relegados mientras el dinero se gastaba en lujos y excesos.
“Había mucho brillo afuera, pero muchas sombras dentro”, han dicho exintegrantes del grupo en otras ocasiones.
En 1997, después de años de conflicto y agotamiento emocional, Luis decidió abandonar Locomía. La decisión marcó el inicio de un periodo oscuro en su vida.
De la fama a la calle

Alejado de los escenarios y sin una red de apoyo, Luis Font enfrentó una fuerte depresión. Poco a poco, perdió sus ingresos, se aisló y finalmente quedó sin un lugar donde vivir. Durante más de un año y medio, sobrevivió en las calles de Madrid. Cantaba en estaciones del metro para poder alimentarse, y apenas lograba reunir lo suficiente para cubrir lo más básico.
El giro en la vida de Luis Font llegó gracias a una familia mexicana que, al conocer su situación, decidió tenderle una mano. Actualmente, el exLocomía vive en Morelia, Michoacán, donde ha logrado recuperar su estabilidad emocional y física.
“Me he vuelto a reconstruir… Me siento mejor que nunca”, afirmó.
Hoy, Luis lleva una vida más tranquila y reflexiva. Si bien su historia estuvo marcada por el éxito prematuro y una dura caída, también es un testimonio de resiliencia y de la importancia del apoyo humano para salir adelante.
Pese a sus conflictos internos y a que el grupo original se disolvió en 1992, Locomía dejó una huella imborrable en la cultura pop. Intentaron un regreso en 2011 con una nueva alineación, pero no lograron recuperar el fenómeno que alguna vez representaron.
Aun así, su estilo sigue siendo recordado por quienes vivieron esa época, y las canciones del grupo continúan sonando en fiestas temáticas y listas de reproducción nostálgicas.
La historia de Luis Font es, en última instancia, la de un artista que vivió los extremos del éxito y la adversidad, y que hoy, gracias a la solidaridad de otros, ha encontrado una nueva oportunidad.
