El emprendimiento desde la ciencia puede generar empleos bien pagados, fortalecer la economía del país y ofrecer soluciones innovadoras a problemas cotidianos. Así lo afirmó el doctor Enrique Galindo Fentanes, investigador del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) campus Morelos, durante su charla “La necesidad del emprendimiento científico en México”.

Explicó que la tecnología es el principal motor del crecimiento económico. Habló del llamado círculo virtuoso de la innovación, donde el dinero se transforma en conocimiento y, para cerrar el ciclo, es necesario que ese conocimiento se convierta de nuevo en recursos económicos a través del emprendimiento.

Galindo Fentanes señaló que los investigadores mexicanos son altamente eficientes en la producción de conocimiento con recursos del Estado, pero falta dar el siguiente paso: convertir ese conocimiento en innovación que genere ingresos. En ese sentido, destacó que en México el 41.6 por ciento de los profesionistas en ciencia y tecnología carece de empleos bien remunerados, y que muchas empresas especializadas aún no existen.

Criticó que durante el sexenio pasado se cancelaron todos los fondos públicos destinados a apoyar la innovación, y resaltó una anomalía del país: “en México, las universidades lideran el registro de patentes, cuando en otros países son las empresas las que lo hacen”. Además, menos del 1 por ciento de esas patentes universitarias se han licenciado a compañías privadas.

A pesar de ello, destacó que en Morelos ya hay casos de éxito porque es un estado con condiciones favorables para el desarrollo de empresas científicas. Recordó que la entidad tiene 40 centros de investigación, una gran presencia universitaria y la mayor cantidad de científicos por habitante en América Latina, con 10.7 por cada 10 mil personas.

El doctor Galindo Fentanes forma parte de Innovación con Ciencia, una asociación civil de investigadores de la UNAM que impulsa la cultura del emprendimiento. 23 empresas forman parte de esta asociación de las cuales, 21 se crearon en el Instituto de Biotecnología y dos en el Instituto de Ciencias Físicas. Varios de estos proyectos ya colocan sus productos en el mercado, entre ellos biofungicidas, repelentes biológicos, antivenenos para picadura de alacrán, insecticidas naturales, sanitizantes, espirulina congelada, promotores de crecimiento vegetal y microscopios educativos.

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