Este sábado 3 de mayo, México celebra el Día de la Santa Cruz, una festividad profundamente religiosa… ¡y también muy festiva para los trabajadores de la construcción! ¿Sabías que ambas celebraciones están más conectadas de lo que imaginas?
La Cruz que se venera ese día es la misma en la que Jesucristo fue crucificado en el monte Gólgota, en Jerusalén. Según la tradición, fue descubierta por Santa Elena de Constantinopla, madre del emperador Constantino, quien peregrinó a Tierra Santa y la encontró un 3 de mayo. Desde entonces, la Cruz se convirtió en símbolo de vida y amor divino. El padre Víctor Jiménez, citado por la revista Desde la Fe, dice que debe estar “en lo más alto de nuestros hogares y corazones”.
Pero... ¿qué tiene que ver esto con los albañiles? Cuando Santa Elena mandó construir una iglesia en Roma para honrar ese hallazgo, utilizó tierra del Gólgota y comenzó las obras —precisamente— un 3 de mayo, con decenas de trabajadores. Por eso, con el paso del tiempo, el gremio de la construcción adoptó esa fecha como suya.
En México, la tradición se mantiene viva: los albañiles decoran cruces con flores y las colocan en lo más alto de las obras, se celebra una misa, y el arquitecto suele agradecerles con una buena comida. Entre carnitas, barbacoa y chelas, el Día de la Santa Cruz también es un homenaje lleno de sabor, gratitud y baile para quienes construyen el México de pie.