Morelos tiene una ubicación privilegiada. Tiene condiciones geográficas y recursos que lo podrían convertir en una entidad con un desarrollo económico sostenible. Sin embargo la falta de gobernanza no le ha permitido desarrollar políticas públicas consistentes. Puede decirse que el sexenio pasado fue un sexenio perdido. El crecimiento del Producto Interno Bruto fue de 1.3%. Para que el Estado obtuviera un mejor desarrollo, de acuerdo a las estimaciones del INEGI/CONEVAL, debería ser del 4.5%.
La inseguridad es uno de los factores que inciden negativamente para lograr una economía exitosa, pues desalienta la inversión. Se crea un círculo vicioso. Sin inversión no puede haber empleo formal y mejor retribuido. El capital humano en el que invierte el estado en su sistema de educación superior, se ve obligado a buscar empleo en otras entidades. La economía informal crece y con ello se incrementa la pobreza. La informalidad condena a los informales a no tener derecho a la salud, a la educación, pensiones, jubilación etc. El ciclo se cumple: inseguridad y mala gobernanza nos remite a una economía de pobreza: 5 de cada 10 habientes se encuentran en situación de pobreza laboral; 6 de cada 10 trabajadores tienen empleo informal. (MEXICOCOMOVAMOS.MX/ FICHAS.)
¿Cómo romper el círculo vicioso? ¿Cómo competir con los estados que tienen una infraestructura moderna y bien ubicada como el Edo. de México, Querétaro o Puebla? ¿Cómo resolver los problemas de falta de infraestructura, de tenencia de la tierra, de agua y una población que no deja de crecer y demanda servicios? ¿Cómo recuperar el tiempo perdido?
Lo que se requiere para leer “En busca del tiempo perdido” de Marcel Proust, es paciencia. Publicada en siete volúmenes entre 1913 y 1927. La capacidad de Proust para explorar el pasado a partir de las costumbres sociales y la psicología, hacen de la obra una de las de mayor influencia en la literatura del siglo XX.
Pero recuperar el tiempo perdido de una sociedad demanda algo más que entender el pasado. Demanda la necesidad de recuperar lo que dio buenos resultados. Estrategias que lograron crecimientos positivos en la economía, en la salud y en la educación. En Morelos, los años del sexenio 2018-2024 fueron de no crecimiento.
Los tiempos actuales corren a demasiada velocidad. El mundo ha entrado en una vorágine de competencia descarnada de los mercados. La tecnología nos tiene sumidos en un estupor paralizante. Las estrategias del gobierno no pretenden recuperar el tiempo perdido, más bien se sumergen en el pasado para reproducirlo.
Los países y los Estados que en México sí lograron recuperar lo mejor de su pasado con la mira puesta en el futuro, son exitosos.
Proust escribió que el tiempo perdido puede ser recuperado. Sus personajes recuerdan el pasado con añoranza. Pero nada más.
El gobierno de la 4T, como uno de los personajes de la Novela de Proust, pretenden recuperar el pasado. Lo que en la novela es un intento de revivir el pasado y la memoria, en México y en Morelos, se convierte en en acciones de gobierno concretas siguiendo modelos de desarrollo fallidos. Ideas que no por seductoras, nos llevarán a un desarrollo sostenido.
El tiempo perdido en la última década para Morelos, se tradujo en una informalidad en el empleo de más del 60%, de una inversión insignificante pública y privada; en un expulsor de capital humano egresado de nuestras universidades. El camino no es regresar al pasado reproduciendo los modos políticos del siglo XX, ni recuperar la grandeza de los pueblos precolombinos. No. Se requiere una visión del futuro de avanzada.
Cuernavaca dio el primer paso al sanear las finanzas municipales. Eso fue lo que hizo Barranquilla, Colombia, que pudo superar el pasado al fomentar la participación ciudadana, invertir en educación e infraestructura, lograr transparencia y continuidad en las políticas públicas. Es uno de los ejemplos a seguir para recuperar el tiempo perdido.
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