La esperanza contra reloj Ariel Homero López Rivera

José Luis Urióstegui se tomó protesta y se la tomó al Cabildo. Acto protocolario atestiguado por un auditorio que reunió a la mayor parte de la clase política de Cuernavaca y en buena parte de Morelos. Ante la sociedad, suscribió compromisos de trascendencia.

Renovó la esperanza. Presente un pueblo expectante y optimista de que la ciudad pueda dar un giro para mejorar la calidad de la vida. En el discurso de arranque, abordó con seriedad los temas fundamentales que afectan a Cuernavaca. El diagnóstico no puede ser más preciso: una ciudad abandonada.

Las expectativas están al tope. El reto es enorme. Al hablar en plural señalando los acuerdos a que ha llegado el cabildo, es buena noticia. Lo que se va a emprender demanda de la sensibilidad, compromiso y voluntad política de los regidores. Todos ellos, en su participación, se comprometieron a trabajar duro por Cuernavaca.

El presidente municipal mostró seguridad y certeza en su diagnóstico, análisis y propuesta de soluciones. Sonó convincente y razonable al destacar los principales problemas. Insuficiencia presupuestal, inseguridad, servicios y por supuesto el deteriorado SAPAC. Para cada uno de los temas dibujó las bases para resolverlos. Serán parte del Plan Municipal de Desarrollo, de donde se desprenderán las Políticas Públicas conformadas que serán discutidas en los Consejos Ciudadanos que se dispone a integrar.

Es de destacar la importancia que se le dio a los Consejos Ciudadanos Especializados. Aportarán diagnósticos, saberes, análisis y propuestas al Instituto Municipal de Planeación. En una primera etapa se constituirá el Consejo para la Cultura y las Artes. Quizá se quisso subrayar la importancia de la cultura al tomar protesta en el espacio del Parque Siqueiros.

La economía de Cuernavaca ha quedado maltrecha por la pandemia. La constitución del Consejo para el Desarrollo Económico y el Turismo de forma inmediata, descubre la intención de dar las condiciones para recuperar la economía de los cuernavacenses.

El Consejo Ciudadano para el Desarrollo de la Ciudad, nos habla del interés de tener una planeación urbana integral. La reconstrucción de la vida económica y social de Cuernavaca debe surgir del rediseño de una nueva urbanización. Un plan que ve más lejos de tres años. La experiencia de Medellín, Colombia que comenté en mi entrega anterior, es el relato de una ciudad sumida en la desesperación social, hoy es una ciudad que goza de un gran prestigio internacional. Una de las claves del plan de Medellín fue la urbanización. La participación de la Facultad de Arquitectura de la UAEM, deberá jugar un importante papel en el rediseño de Cuernavaca.

La Laguna, región integrada por Torreón, Lerdo y Matamoros, (“trcimplan.gob.mx”) muestra resultados de lo que es posible lograr cuando la participación ciudadana se toma con seriedad y se plasma en un proyecto de gran calado. Con base en su plan de desarrollo municipal (IMPLAN), Torreón creo el Sistema Metropolitano de Indicadores, el Sistema de Información Geográfica, el Plan Estratégico Torreón 2040 y un Sistema de Indicadores Básicos de Colonias.

 El Instituto Municipal de Planeación y Competitividad de Torreón juega un rol esencial de coordinación, ejecución y evaluación de las diferentes políticas que se desprenden del Plan Estratégico.

José Luis Urióstegui tiene claro que debe gobernar la ciudad con base en la Gobernanza y la construcción de políticas públicas. Él le llama una administración transversal con una intensa participación social. Su experiencia recorriendo la ciudad limpiando calles, barrancas, podando o señalizando con ciudadanos de a pie, muestra el interés de la población por participar en la reconstrucción y el cuidado de Cuernavaca cuando hay liderazgo.

La cuenta regresiva para el nuevo Cabildo ha iniciado. Los ciudadanos de Cuernavaca estamos a la expectativa y con buen ánimo. El reto no es nada sencillo. La ciudad está en muy malas condiciones. 36 meses para el rescate no es mucho. Son 1095 días a los que hay que restar los días preelectorales y las elecciones, que serán complejos y de mucha polarización.

La reconstrucción de la ciudad no podrá ser completa. Hay demasiados baches en el camino. Repensar la ciudad es una tarea de inmensas dimensiones. Podemos aspirar (aunque nos tachen de aspiracionistas, ¡ja!) a una calidad de vida citadina de primer nivel. ¿Por qué no? Cada uno de nosotros debe aportar su granito de arena (aunque duelan los impuestos). A mis amigo(a)s, que me leen, sólo les pido que participen con el nuevo alcalde, y que se cuiden. La vida vale la pena vivirla, y más cuando se tienen tantas esperanzas.

Por:  Ariel Homero López Rivera

opinion@diariodemorelos.com

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