En Cuernavaca existe una mansión abandonada que ha despertado por años la curiosidad de los habitantes, debido a enigmáticos relatos que han surgido de sucesos que pasan, especial por la noche.
Se trata de una casona propiedad al parecer de Yousiff Haddad, empresario árabe, que se ubica cerca del puente Porfirio Díaz, frente al aula ambiental, en la calzada Leandro Valle esquina con Celia Muñoz.
Cuentan los relatos que por las noches se han llegado a apreciar siluetas en las ventanas y a veces luces tenues como una vela, alrededor de las 9 y media de la noche.
Otras personas han compartido que en los años 70, el dueño de ese inmueble era un empresario textil llamado don Alfredo Haddad, quien tenía una fábrica textil en Tlahuapan, Jiutepec, llamada Textiles del Valle de Cuernavaca y tenía otra en San Bartolo Naucalpan, Estado de México.
Sin embargo, estos negocios se vinieron a la quiebra por una mala administración y la vivienda quedó abandonada.
Algunos vecinos también cuentan que el dueño es un joven, hijo de don Alfredo Haddad, quien tendría una adicción a las drogas.
Comentan que aprovechándose de su situación, en múltiples ocasiones vivales han intentado despojarlo de la propiedad.
Indican que varias personas han llegado como supuestos dueños y se presentan ante los vecinos, pero al final de cuentas no logran su cometido.
Indican que el joven ya no está en pleno uso de sus facultades mentales.
En el caso más reciente, un vecino quiso establecer un juicio para adjudicarse la propiedad, llegando a implicar a un consulado extranjero para defender al joven, pues no es mexicano.
Otros relatos comentan que parientes políticos han tratado de sacarle ventaja y pretendieron en su momento comprarle al joven, inclusive se sabe que recibió dinero pero por la condición en la que se encuentra nunca pudieron adueñarse de la propiedad.
Vecinos aseguran que han solicitado para que esta casa se vuelva un parque, pues comentan que es guarida de personas que se drogan en el lugar.
No se sabe si estas mismas personas son las que en la noche se han apreciado por los vecinos. Posiblemente, lo cierto es que son varios los testimonios que indican haber visto siluetas y luces extrañas que los han inquietado.
¿Espíritus en pena?
Otro testimonio asegura que en la barranca ubicada cerca de lugar, paramédicos han ido a recoger varios cadáveres de personas que se han suicidado, lo que vendría a suponer que son las almas en pena de los que no gozan del eterno descanso por haberse quitado la vida.
“Años atrás la gente se aventaba en la parte de abajo (calle Guerrero), porque hay otra entrada o salida... Y desde que tengo uso de razón pusieron reja... Y en la fuente del Porfirio (parte de arriba) también se han aventado.... Lo último que supe fue que hace unos 2 años, aproximadamente, 2 señores se mataron ahí”, relata una joven cuyo esposo es paramédico y asegura que éste ha ido a rescatar los cadáveres.
Tiene más historia
Otra joven comenta que “hace muchos años, me contó la historia una señora viejita que vendía semillas en la fuente que está cerca de la casa. Me dijo que el abuelo de su abuelito era jardinero de esa mansión y le contó la historia.
“Al parecer los primeros dueños eran de unos extranjeros libaneses y se la vendieron a una maestra que adoptaba niños huérfanos, pero una de las hijas de los primeros dueños le quería quitar la casa a la maestra. Al final no pudo, y al parecer la casa pasó a ser propiedad de don Alfredo Haddad”.
¿Fantasmas o vagabundos?
Los relatos son diversos, algunos llenos de suspenso, otros más apegados a la realidad; sin embargo, lo que es cierto es que está casa seguirá levantando polémica por las historias que ha albergado desde que alguna vez fue habitada.
¿No lo crees?
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