Los bailes urbanos siempre han estado relacionados con la sensualidad y la expresión de emociones a través del cuerpo, tal como el Twerk, criticado por quienes no lo conocen y amado por aquellos que lo practican.

El origen de esta disciplina se remonta a la danza mapouka, un baile tradicional del sureste de Costa de Marfil, en el continente africano.

“Viene de esa raíz africana este baile, donde las negras, africanas, movían muchísimo su ‘booty’, su trasero”, cuenta Eunice Meléndez, maestra de Twerk.

Esta danza era sumamente provocativa y sexual, por lo que no tardó mucho en ser prohibida por el gobierno marfileño, aunque en Estados Unidos volvió a renacer con más fuerza.

“El Twerk viene de Nueva Orleans en los años 1990, con un dj que sacó la primera canción llamada "Twerk baby, twerk baby", en ese entonces no se llamaba Twerk, se llamaba bounce.”

Justo en las décadas de los 90 y los 2000, artistas como Nicky Minaj, Beyonce y la propia Jennifer Lopez comenzaron a incluir este tipo de movimientos atrevidos en sus coreografías, por lo que se popularizó más rápido.

“Hoy en día aquí en Latinoamérica, ha venido a cambiar, a trascender totalmente esta danza del Twerk (…) el Twerk viene del hiphop, pero bueno, ahora se ha mezclado y se ha fusionado con danzas como el reguetón, que hoy en día todo mundo lo escucha.”

 Olvídate de prejuicios y disfruta de la danza

El ‘boom’ que ha tenido el Twerk no sólo va de la mano con la música, también ha influido mucho la necesidad de generar una autoestima positiva a través de la aceptación del propio cuerpo.

“El Twerk, sinceramente en lo personal, a mí me ha ayudado muchísimo, a sentirme, primero que nada, más segura de mí misma, te aceptas tal y como eres”, asegura Eunice.

“Aquí en las clases, en especial las mías, no venimos ni a criticar, ni enfocarnos, ni ver cuerpos, ni ver géneros, ni ver edades, ni ver nada, aquí, real lo que hacemos, es aceptarnos, explorarnos y darnos cuenta de que somos hermosos y hermosas.”

Y sí, en este punto el Twerk no sólo se trata de bailar provocativamente, también puede ser una poderosa terapia.

“Lo que siempre me motiva a seguir dando clases, es eso, es ver a las chicas que llegan con pants, llegan bien tapadísimas y dos meses después ya están hasta enseñando más que yo.”

“A mí me fascina ver los cambios que ellas tienen, tanto en su cuerpo, como en su seguridad, entonces, creo que es lo más maravilloso que me puede pasar dentro del Twerk, ver su cambio de inseguras a ‘nombre, estoy bien empoderada’.”

Amor a mover el cuerpo

Eunice Meléndez tiene 30 años y es maestra y bailarina de Twerk, del cual fue pionera desde hace siete años en Guadalajara y ahora en Cuernavaca.

“Comencé bailando danza árabe, que viene muy enfocado como al movimiento de caderas, también doy clases de fitness dance y obviamente pues, de Twerk.”

Y aunque al principio también pensó en el “qué dirán”, ya que existe un tabú alrededor de este baile, después de tantos años y tantas clases, se enamora cada vez más de lo que hace.

“Siempre va a haber gente que es un poco cerrada de mente, como que esto del Twerk no lo ve, más que ‘ay, está enseñando el booty, es una prostituta o se dedica a otra cosa’, pero real no.”

Ella, por ejemplo, ha familiarizado a sus hijos con el Twerk para que lo vean como lo que es, una disciplina como el jazz, el ballet o el karate.

“Mis hijos lo ven, ellos vienen aquí a mis clases, se quedan sentados, observan e incluso ellos me han grabado mi baile, porque yo creo que todo inicia con la educación desde casa, entonces mis hijos no lo ven con morbo, no lo ven como con otra cosa, más que ‘ah sí, mi mami ya está bailando’.”

Lo más importante para ella en este momento es motivar a mujeres y hombres de cualquier edad y complexión para que se acerquen al baile, lo aprendan y lo adopten como parte de su vida, alejados de cualquier tabú o complejo sobre el cuerpo.

“El Twerk eso es, son movimientos pélvicos, entonces lo único que hacemos, es sentir las vibraciones de nuestros glúteos, es por eso que normalmente tenemos que vestirnos de esta manera, no para provocar a nadie, porque realmente no lo hacemos para provocar.”

Finalmente, invitó a cualquier persona que esté interesada en el baile a que no se queden con las ganas de hacerlo.

“Cualquier persona lo puede bailar, sólo es cuestión de que vengan, se animen, prueben una clase, vean que realmente no es lo que piensan y pues nada, yo les hago la cordial invitación a que conozcan un poco de Twerk, vengan a tomar clases y se sientan bien empoderadas.”

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