Después de años de una intensa batalla legal y mediática, Taylor Swift finalmente es dueña de los masters de sus seis primeros álbumes. La cantante, compositora y productora lo anunció con una emotiva carta en su sitio oficial, donde expresó: “Toda la música que he hecho, desde los 16 años, ahora me pertenece. Este es el sueño más grande que jamás haya tenido, y lo acabo de alcanzar”.
Este logro no es menor: Taylor pasó años enfrentando a ejecutivos de la industria, desde Scooter Braun —quien compró su antiguo sello discográfico Big Machine Records— hasta los inversores que más tarde adquirieron los derechos de sus grabaciones originales. La situación desató una conversación global sobre la importancia de que las y los artistas tengan control sobre su propia obra.
You belong with me.
Letter on my site :) pic.twitter.com/pdb6kGDcVO
— Taylor Swift (@taylorswift13) May 30, 2025
¿Qué significa esto? Que Taylor ya es legalmente la dueña de las grabaciones originales de discos como Fearless, Speak Now, Red, 1989, Reputation y su álbum homónimo Taylor Swift. También incluye material inédito, fotos, conciertos y más contenido visual de aquella época. Ahora, ella puede decidir qué hacer con todo ese material: desde lanzarlo en plataformas, hasta usarlo en documentales, películas o nuevas versiones.
Según la carta que publicó en su sitio web, la artista compró de vuelta sus masters sin condiciones, y agradeció profundamente el apoyo de sus fans, que la respaldaron en su decisión de regrabar sus discos en versión Taylor’s Version como una forma de resistir a la pérdida de sus derechos originales.
“Cuando empezó todo esto, no sabía si tendría fuerzas para pelear por algo tan grande. Pero ustedes, Swifties, me dieron el impulso para seguir. Su apoyo me dio poder”, escribió.
Además, reveló que ya terminó la regrabación de su primer disco (Taylor Swift, 2006), pero que todavía no ha podido avanzar mucho con Reputation, debido a que fue un álbum que marcó una etapa muy emocional en su vida. Aunque no dio fechas específicas, dejó ver que no descarta lanzar las canciones inéditas de ese disco en algún momento.
Esta victoria ha sido aplaudida por figuras de toda la industria. Incluso medios como Rolling Stone y Billboard han destacado que lo que Taylor logró sienta un precedente histórico en la música comercial: ahora más artistas jóvenes saben que es posible —y necesario— negociar la propiedad intelectual de su trabajo.
En tono de broma, Taylor dijo que podría tatuarse un gran trébol en la frente, haciendo referencia a Shamrock Capital, la firma que antes tenía sus masters y que finalmente accedió a vendérselos.
Por si fuera poco, Taylor no solo está cerrando ciclos, sino que sigue arrasando en lo alto: su gira Eras Tour es ya la más taquillera de la historia y su álbum más reciente, The Tortured Poets Department, rompió récords en plataformas como Spotify y Apple Music.
Con este paso, Taylor Swift demuestra que sí se puede recuperar el control, incluso en una industria que históricamente ha ignorado la voz de las artistas. Como ella misma escribió: “Esta es mi historia, mi legado… y ahora también es mi decisión qué hacer con ellos”.
¡Felicidades, Taylor! Tu música, tus reglas.